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Mientras las protestas contra la brutalidad policial se expanden en el territorio estdounidense, presentamos una nueva e impactante investigación conjunta del New York Times y el Proyecto Marshall, que analiza una parte poco visibilizada del sistema penal: el terrible —y en ocasiones fatal— negocio del traslado de presos. Existen pequeñas empresas privadas que se especializan en el traslado de decenas de miles de hombres y mujeres a través del país, muchos de los cuales son fugitivos y sospechosos sin condena. Después de revisar miles de documentos judiciales y entrevistar a más de 50 guardias y ejecutivos que trabajan o trabajaron en estas empresas, dos periodistas del Proyecto Marshall dieron a conocer la historia de algunos de estos presos: dos murieron por úlceras perforadas, una mujer fue agredida sexualmente y a otra persona le tuvieron que amputar las dos piernas por complicaciones en una diabetes no tratada. Ampliamos esta información con los periodistas a cargo de la investigación, Eli Hager y Alysia Santo; con Roberta Blake, arrestada en 2014 por no cumplir con el plazo de devolución de un auto de alquiler, y con Fernando Colón, ex guardia en una cárcel privada.