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El asesinato de Alfred Olango en la localidad de El Cajón, California, es solo el más reciente de una cadena de asesinatos policiales de hombres, principalmente, negros con enfermedades mentales o discapacidades. Apenas la semana pasada, un policía de Charlotte, Carolina del Norte, le disparó y asesinó a Keith Scott, un hombre de 43 años de edad con siete hijos que, según se informa, había sufrido una lesión cerebral en un accidente en motocicleta en el año 2015. En julio, un agente de policía de Miami Norte dijo que por error le disparó al terapeuta conductual afroestadounidense Charles Kinsey, mientras apuntaba a Arnaldo Ríos Soto, un hombre autista de 26 años de edad.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista (en inglés) que le hicimos a John Snook. Snook es director ejecutivo de Treatment Advocacy Center y coautor de un estudio de reciente publicación, que concluye que las personas con enfermedades mentales corren el riesgo de ser asesinadas en encuentros con policías con un probabilidad 16 veces mayor que otros civiles.