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En California, al menos cien mil personas tuvieron que ser evacuadas y unas 75 mil siguen desplazadas. Algunos residentes tuvieron que huir para salvar sus vidas, en momentos que las condiciones de sequía sumadas a vientos potentes y erráticos contribuyen a la propagación explosiva del fuego. Entre las personas que tuvieron que huir estaba la ceramista Jan Hoyman que, la semana pasada, apenas logró escaparse del incendio en el condado de Mendocino. Para saber más de este tema, hablamos con Jan Hoyman, quien se comunica con nosotros desde su estudio ubicado en Ukiah, California.
Transcripción
AMY GOODMAN: Quisiera pasar a hablar ahora con Jan Hoyman, quien está en Ukiah, al norte de California. Hoyman es una artista de cerámica que escapó por poco del fuego en el condado de Mendocino la semana pasada. Muchas gracias por estar con nosotros. ¿Puede describir lo que le pasó?
JAN HOYMAN: Me desperté el lunes por la mañana muy temprano, no estoy segura a qué hora, con el sonido de una locomotora y luego el ruido de tanques de propano explotando. Olí a humo. Miré por la ventana, y vi que el fuego estaba ahí mismo, muy cerca mía. Agarré a mi perro y, vestida en camisón, fui corriendo al auto, y vi a mi vecina bajando la colina… yo vivo en una zona apartada… y la vi bajando la colina tocando la bocina. Me subí a mi auto, avancé por el camino de la finca, y ahí estaba ella. Su auto estaba atrapado en el camino. Ella se metió en mi coche con sus cuatro hijos.
En ese momento había llamas de entre 6 y 9 metros de alto en ambos lados del camino de nuestra finca. Todo estaba en llamas. Estábamos tratando de salir a la carretera principal. Había un pino en el medio de la carretera, en llamas. En lugar de dar la vuelta, retrocedimos y avanzamos muy rápido, tan rápido como podíamos, hasta un lugar donde podíamos intentar cruzar a través de los viñedos, pero estaban en llamas. Nos dimos vuelta y comenzamos a avanzar camino arriba hacia su casa. Cuando estábamos a la mitad del camino a su casa… la carretera tiene unos tres kilómetros de largo… pudimos empezar a respirar un poco mejor. Los niños estuvieron tranquilos todo el tiempo. El fuego no estaba a nuestro alrededor en ese momento.
Llegamos a su casa. Su esposo, sus cuatro hijos, Charlotte y yo nos subimos a su vehículo 4×4 y condujimos hacia otro lugar. He echo senderismo por ese lugar muchas veces, pero no lo hubiera podido encontrar en la oscuridad. Ella y su esposo me salvaron en ese momento. Los ayudé llevando a los niños al auto. Me ayudaron a llegar a Rattlesnake Rock.
Luego caminamos en la oscuridad, con los niños y las linternas en mano, subimos y bajamos un barranco un par de veces hasta la casa de otro vecino, que está a algo mas de un kilómetro de distancia. En ese momento el fuego estaba en la parte baja del valle, pero podíamos verlo avanzar y acercarse. Su marido encontró un vehículo 4×4 en el cobertizo del vecino, quien se había ido días antes. Las llaves estaban en el encendido. Tuvimos mucha suerte. Encontró un remolque para enganchar en la parte de atrás, y los siete recorrimos la carretera en el vehículo 4×4. Veíamos cómo el fuego subía por la ladera de la montaña.
Llegamos a la casa de otro vecino. Estaban mirando el fuego, sin saber si evacuar. Una de las llantas estaba pinchada. Pero uno de los jóvenes nos llevó en su camión a Willits muy amablemente. Nosotros íbamos caminando, pero conducir a Willits toma alrededor de media hora por lo general, teniendo carreteras despejadas. Así que nos abrimos camino a través de las carreteras montañosas, hasta el centro de evacuación de Willits, que era la estación de policía y el centro comunitario.
AMY GOODMAN: Jan, ¿Se ordenó una evacuación obligatoria en su área? Creo que lo que la gente no entiende, quien no están experimentando estos incendios, es lo rápido que avanzan. ¿Por qué esperó para abandonar su casa? Eso es lo que creo que mucha gente no puede entender.
JAN HOYMAN: Esa es una gran pregunta. Bueno, no tenía electricidad y mi teléfono celular no funcionaba. Y así es como recibo mensajes, a través de mi teléfono celular. Cuando se fue la electricidad y las torres telecomunicaciones dejaron de funcionar, debido a lo rápido que avanzaba el fuego, no había forma de decirle a la gente si tenían que evacuar, ni con qué urgencia debían hacerlo. Sí, hubo una evacuación obligatoria, pero yo no tenía idea de que eso estaba sucediendo. Confiar en el sistema de teléfonos celulares para que la gente sepa lo que está sucediendo es una mala idea, por lo menos en nuestra área, porque las torres dejan de funcionar.
AMY GOODMAN: ¿Cree que los funcionarios estatales y locales deberían haber hecho más?, y ¿qué cree que debería suceder a nivel federal?
JAN HOYMAN: No puedo comentar al respecto porque solo soy una persona que vive aquí, y sé que hay muchas cuestiones complicadas en este asunto. Sí, creo que, en general, tenemos que prepararnos más para este tipo de catástrofes. Y mi opinión personal es que nosotros, como comunidad… en el rancho en el que vivo tenía alrededor de 20 casas esparcidas alrededor de 405.000 hectáreas. Y creo que nosotros, como una pequeña comunidad, necesitamos tratar de investigar y crear un sistema, por el cual que podamos advertirnos los unos a los otros.
AMY GOODMAN: ¿Sabe si tu casa todavía existe?
JAN HOYMAN: Mi hogar básicamente se derritió. Tenía paredes de estuco y un techo de metal. Tal vez hay partes que siguen de pie, pero la casa ya no existe. Tengo algunas fotografías que tomó un vecino. No me han permitido volver al área. Todavía hay evacuaciones obligatorias en el área.
Traducido por Noa Radosh. Editado por Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.