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El miércoles, el presidente Donald Trump puso fin al viejo compromiso estadounidense con el establecimiento de un Estado palestino, al afirmar que no tenía preferencia por ninguna de las soluciones al conflicto palestino-israelí, ni por una que implicara la existencia de un solo Estado ni por la de dos Estados. Los comentarios se produjeron mientras Trump daba la bienvenida al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a la Casa Blanca y representó un quiebre de veinte años de apoyo oficial estadounidense a la existencia de un Estado palestino independiente junto a Israel. Hablamos con Glenn Greenwald, quien afirma que “Donald Trump le está dando poder a los peores extremistas del mundo cuando se trata de política israelí”.
Transcripción
NERMEEN SHAIKH: El miércoles, el presidente Donald Trump dio por terminado un compromiso estadounidense de larga data sobre el establecimiento de un Estado palestino, al afirmar que no tenía preferencia por una solución de un Estado o de dos Estados respecto al conflicto entre israelíes y palestinos. El comentario de Trump se produjo durante una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
PRESIDENTE DONALD TRUMP: Estoy contemplando las dos opciones, la de dos Estados y la de un solo Estado, y me gusta la que a ambas partes les guste. Estoy de acuerdo con la solución que les guste a ambas partes. Me da lo mismo cualquiera de las dos. Por un momento, pensé que la solución de dos Estados parecía que podría ser la más fácil de las dos. Pero sinceramente, si Bibi [Netanyahu] y los palestinos, si Israel y los palestinos están contentos, yo estaré contento con la solución que más les guste. En cuanto al traslado de la embajada a Jerusalén, me encantaría que eso sucediera. Lo estamos barajando muy insistentemente. Lo estamos estudiando con mucho cuidado. Con mucho cuidado, créanme. Veremos qué es lo que sucede, ¿de acuerdo?
NERMEEN SHAIKH: Escuchábamos al presidente Trump hablando en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Glenn [Greenwald], ¿podría responder a esto? ¿Qué relevancia tiene que Trump sugiera un cambio tan significativo e inmenso respecto a la posición que Estados Unidos ha tenido en este asunto durante años y años?
GLENN GREENWALD: Bien, creo que en primer lugar me pregunto en qué medida es realmente esto un cambio tan inmenso en la política estadounidense. Por supuesto, es una gran desviación retórica de lo que el gobierno de Estados Unidos ha dicho durante décadas, que es que su política es que debe haber una solución de dos Estados. Sin embargo, la realidad, como cualquier persona honesta involucrada o entendedora de este conflicto admitiría, es que la solución de dos Estados ha ido desapareciendo, y, de hecho, probablemente lleva muerta muchos años. Lo que ocurre es, simplemente, que nadie quiere admitirlo. Si nos fijamos en un mapa, es casi imposible ver dónde se puede crear un estado palestino independiente en Cisjordania, dado el crecimiento de los asentamientos bajo el mandato del primer ministro Netanyahu, crecimiento que, por cierto, Estados Unidos no solamente no detuvo, sino que apoyó, agasajando a Israel con dinero, con armas, con todo tipo de apoyo diplomático, a medida que se expandían dichos asentamientos. Sí, de vez en cuando se oponían en la teoría, pero en la práctica nunca lo hicieron.
Por lo tanto, creo que la solución de los dos Estados es algo a lo que todos estamos deseando no renunciar, porque las alternativas son ambas nefastas. Pero la realidad es que en Israel se está dando una degradación del apoyo a la solución de los dos Estados. Hay miembros de alto nivel del gabinete del primer ministro Netanyahu, altos ministros, que se oponen a ello explícitamente. La realidad es esa, debido a la trayectoria tomada por Israel, las únicas dos opciones que son reales, y eso es básicamente lo que Donald Trump, en su particular manera torpe, inepta, ignorante, quiso dejar en claro, que las únicas dos opciones son: bien hacer que Israel se convierta en un Estado de apartheid, donde una minoría judía tenga derechos políticos y controle un país en el que una mayoría de los ciudadanos no tiene derechos políticos, exactamente igual que ocurría con la Sudáfrica del apartheid, o bien tener un Estado en el que todos los ciudadanos tengan derechos políticos, en cuyo caso Israel dejaría de existir como Estado judío. Ninguna de esas dos opciones son buenas, pero esa es la dirección que Israel está tomando. A lo que Trump se refiere, en esencia, es que si los israelíes y los palestinos quieren cierta solución, nosotros, Estados Unidos, no vamos a impedirles que lo hagan.
Lo que es de verdad preocupante es que Donald Trump esté alentando a algunos de los peores extremistas del mundo cuando se trata de política israelí. Su yerno, que está al mando del asunto, es defensor de algunos de los asentamientos con los principios más hostiles de Cisjordania. Y el Congreso está retomando esta semana su nominación de un lunático extremista a favor de los asentamientos para ser el embajador de Estados Unidos en Israel. Esta misma mañana, cinco embajadores, ex embajadores en Israel, de ambos partidos, salieron y se opusieron a él con el argumento de que básicamente está demente. Por lo tanto, sí que creo que hay una inclinación peligrosa hacia los extremistas en Israel por parte del gobierno de Trump. Pero la solución de los dos Estados en realidad solamente ha estado presente en la teoría desde hace tiempo. Y en cierta medida, muchos de los partidarios de los derechos palestinos piensan de hecho que es algo bueno que finalmente se reconozca honestamente que una solución de dos Estados realmente ya no es posible debido a la conducta de Israel.
Traducido por Carolina Flórez. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.