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Sin aprobación del Congreso, el jueves a la noche Estados Unidos atacó una base aérea siria. Se trata de la primera acción militar estadounidense contra las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad desde el inicio de la guerra hace más de seis años. La medida se produce después de que EE.UU. acusara a las fuerzas de Assad de haber usado la base aérea para realizar un ataque químico, que dejó un saldo de 86 muertos, entre ellos treinta niños. Siria niega haber realizado el ataque. “Después de seis años de mirar el genocidio, hoy estoy muy contenta de que haya una base aérea menos”, afirma Lina Sergie Attar, escritora estadounidense originaria de Aleppo, en la primera parte de un debate que mantuvimos sobre el tema.
Para saber más de este tema, puede ver la mesa redonda que hicimos con Lina Sergie Attar, Alia Malek y Phyllis Bennis. Malek es periodista y ex abogada de derechos humanos. Bennis es miembro del Instituto de Estudios Políticos. “La hipocresía de esto desde el punto de vista del gobierno de Trump es asombrosa”, dice Bennis, y se refiere al ataque como un acto de guerra. Además sostiene que todas las partes violaron el derecho internacional en Siria.