Titulares14 de agosto de 2017

Miles de personas se congregaron el domingo en ciudades de todo Estados Unidos para protestar contra la violencia letal de una multitud de miembros de Ku Klux Klan y neonazis durante un acto político en Charlottesville, Virginia, que tuvo lugar el sábado. Un simpatizante nazi de 20 años de edad mató a un activista antirracista e hirió a más de diez personas más al dirigir intencionalmente su coche hacia una multitud que protestaba contra el Ku Klux Klan y los neonazis, que a su vez se estaban manifestando en oposición al plan de Charlottesville de retirar de un parque público céntrico el monumento del general confederado Robert E. Lee. El domingo, miles de personas salieron a las calles de Seattle, Denver, Baltimore, Sacramento, San Francisco, Los Ángeles, San Diego, Dallas, Washington DC, Miami y Charlottesville, Virginia, para protestar contra la violencia supremacista blanca y llorar la muerte de Heather Heyer, de 32 años de edad, quien murió en el ataque. Este es David Bodemer, quien habló sobre Donald Trump en una manifestación en la ciudad de Nueva York.

David Bodemer declaró: “Es muy interesante que en su campaña [el presidente Donald Trump] hiciera énfasis en mencionar al terrorismo islámico radical. También hizo gran alharaca al denunciar a la Mara Salvatrucha, pero no puede salir a denunciar a los supremacistas blancos. Es indignante”.

Al menos tres personas fueron arrestadas durante la protesta en la ciudad de Nueva York. En todo el país, muchos de los manifestantes también condenaron al gobierno del presidente Donald Trump por sus vínculos con figuras de la extrema derecha y la supremacía blanca, así como por la negativa de Trump a denunciar explícitamente a neonazis y miembros del Ku Klux Klan por los actos de violencia letal cometidos. Este es Nino Brown, quien habló en un acto político organizado por la agrupación Boston Feminists for Liberation.

Nino Brown expresó: “El partido de las Panteras Negras, eliminado. Martin Luther King, eliminado. Fred Hampton, eliminado. ¿El Ku Klux Klan? En la maldita presidencia. En la Casa Blanca. Así se marcan las líneas y esto lleva a la pregunta: ‘¿de qué lado estás?’. Es una vieja canción sindical: ‘¿De qué lado estás?’.

En Seattle, al menos tres personas fueron arrestadas mientras cientos participaban en una manifestación que tuvo lugar el domingo para denunciar la violencia en Charlottesville y para oponerse a una manifestación local organizada por The Patriot Prayer, un grupo de extrema derecha pro Trump.

La violencia de la supremacía blanca en Charlottesville comenzó el viernes por la noche, cuando miles de neonazis, miembros del Ku Klux Klan y otros nacionalistas blancos se trasladaron a la ciudad de Charlottesville para participar en un acto político bajo la consigna “Unite the Right” (“Unir a la derecha”, en español). Cientos de hombres y mujeres blancos que portaban antorchas marcharon en el campus de la Universidad de Virginia y rodearon la estatua de Thomas Jefferson el viernes por la noche, coreando “no nos reemplazarán” y “las vidas blancas importan”.

Miles de contramanifestantes también salieron a las calles de Charlottesville durante el fin de semana, entre ellos miembros del clero, estudiantes, activistas de la organización Black Lives Matter (“Las vidas afroestadounidenses importan”, en español) y manifestantes del movimiento antifascista conocido como “antifa”.

El sábado por la mañana, más de mil supremacistas blancos marcharon hacia el parque público recientemente renombrado Parque de la Emancipación, que contiene la estatua del general confederado Robert E. Lee. Muchos portaban banderas nazis y otros objetos relacionados con la supremacía blanca, lucían protecciones corporales y portaban rifles de asalto y pistolas. En el lugar fueron recibidos por miles de contramanifestantes antirracistas.

Los testigos informan que la policía no hizo mucho para intervenir, incluso cuando estallaron peleas.

Cerca de la 1:45 p.m., un hombre llamado James Alex Fields, que había participado en la manifestación con los supremacistas blancos ese mismo día más temprano, dirigió su vehículo Dodge Charger contra una multitud de contramanifestantes y luego se alejó, en lo que muchos califican de acto de terrorismo.

Una funcionaria paralegal local llamada Heather Heyer murió en el ataque, y al menos otras 19 personas resultaron heridas. Heyer había defendido en varias ocasiones los derechos civiles en las redes sociales. Su portada de Facebook indica: “Si no estás indignado, no estás prestando atención”. La madre de Heather Heyer, Susan Bro, habló para NBC News.

Susan Bro declaró: “Y eso es lo que estaba haciendo ayer… cuando la mataron. Estaba haciendo eso con la gente: ‘dime por qué estás aquí’. Eso es lo que me dijeron sus amigos. De eso se trataba la vida de Heather: pasión por la equidad, por la igualdad, por la justicia”.

Uno de los docentes de la escuela secundaria a la que asistió el atacante afirma que estaba obsesionado con Adolf Hitler y la historia militar nazi, y que mostraba claramente simpatía hacia el nazismo, ideología de la cual el docente intentó alejarlo sin éxito. Fields ha sido imputado con un cargo de asesinato en segundo grado y hoy está previsto que sea encausado.

Dos policías estatales, los pilotos H. Jay Cullen y Berke M.M. Bates, también murieron el sábado, cuando su helicóptero se estrelló camino al lugar donde se habían producido estos hechos violentos.

Las fotografías y los videos también muestran a los supremacistas blancos golpeando a otros manifestantes, entre ellos a un joven manifestante afroestadounidense llamado De’Andre Harris, quien declaró: “Estaban tratando de matarme ahí. La policía no intervino y yo estaba siendo golpeado violentamente”.

El gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, condenó la violencia.

Terry McAuliffe expresó: “Y tengo un mensaje a todos los supremacistas blancos y a los nazis que vinieron hoy a Charlottesville. Nuestro mensaje es simple y claro. Váyanse a sus casas. No los queremos en esta gran mancomunidad. Deberían avergonzarse. Se hacen los patriotas, pero no tienen nada que ver con un patriota”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sin embargo, se negó a señalar la violencia de la supremacía blanca.

El presidente Donald Trump enunció: “Condenamos en los términos más enérgicos este flagrante despliegue de odio, intolerancia y violencia, en muchas partes; en muchas partes. Se ha estado produciendo por mucho tiempo en nuestro país; no [bajo] Donald Trump, no [bajo] Barack Obama. Se ha estado produciendo por mucho, mucho tiempo. Esto no tiene lugar en Estados Unidos. Lo que es vital ahora es una rápida restauración de la ley y el orden, y la protección de vidas inocentes”.

Los comentarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desataron la indignación generalizada. Una nueva declaración de la Casa Blanca el domingo denunció de forma explícita a los grupos neonazis y el Ku Klux Klan, pero fue atribuida a un portavoz anónimo y no al propio presidente. Otros miembros del gobierno condenaron la violencia de forma más explícita. El consejero de seguridad nacional de Trump, HR McMaster, dijo que el ataque constituía terrorismo.

Por otra parte, Jim Gray, alcalde de Lexington, Kentucky, afirmó que la ciudad retirará dos monumentos confederados de la antigua sala de justicia tras la violencia de la supremacía blanca en Virginia. Visite democracynow.org/es para ver nuestra cobertura desde Charlottesville, Virginia, donde entrevistamos a personas que estuvieron presentes el sábado; entre ellas, testigos del ataque letal, personal de enfermería que atendió a los manifestantes heridos y líderes religiosos.

En Afganistán, las autoridades locales afirman que 16 civiles, entre ellos mujeres y niños, fallecieron el jueves tras un ataque aéreo perpetrado por Estados Unidos, mientras huían de un área controlada por el autoproclamado Estado Islámico (ISIS) en el este de Afganistán. Un poblador local, Mohammada Khan, que trabaja como conductor de camiones, dijo en una entrevista con el periódico The New York Times que seis miembros de su familia murieron en el ataque perpetrado por Estados Unidos, entre ellos dos niños y dos mujeres. El Pentágono afirma que las víctimas de los ataques aéreos eran militantes.

En Siria, el grupo periodístico local llamado “Raqqa está siendo masacrada de forma silenciosa” afirma que aproximadamente mil civiles han sido asesinados en medio de la ofensiva liderada por Estados Unidos que pretende tomar control de la ciudad de Raqqa, actualmente en manos del autoproclamado Estado Islámico (ISIS). En los últimos dos meses, los infantes de la marina de Estados Unidos, los ataques aéreos liderados por Estados Unidos y los soldados sirios que cuentan con el apoyo de Estados Unidos han estado a cargo de la ofensiva que ha desplazado a cientos de miles de pobladores de sus hogares y ha destruido partes enteras de la ciudad.

“Raqqa está siendo masacrada de forma silenciosa” informa que al menos dos médicos fueron asesinados el fin de semana en Raqqa: Fouad Bashir Ojaili habría muerto a causa de un ataque aéreo perpetrado por Estados Unidos e Ibrahim Khalil al Shawakh habría fallecido al pisar una mina terrestre sembrada por ISIS, mientras intentaba huir de la ciudad.

Mientras tanto, en la provincia siria de Idlib, siete voluntarios del grupo de rescate de la defensa civil de Siria, conocidos como los Cascos Blancos, fueron asesinados a tiros por atacantes no identificados que asaltaron las oficinas de los Cascos Blancos el sábado. Otros siete activistas del Centro de Medios de Aleppo murieron en el ataque, que tuvo lugar en la ciudad de Sarmin, controlada por los rebeldes.

En Pakistán, militantes del autoproclamado Estado Islámico (ISIS) asumieron la responsabilidad por un ataque suicida con bomba contra un camión militar, en el que murieron ocho soldados y al menos otras siete personas en la ciudad suroccidental de Quetta, el sábado. El ejército paquistaní afirma que el ataque tenía como objetivo los preparativos para las celebraciones por el Día de la Independencia. Hoy y mañana se celebra el septuagésimo aniversario de la independencia de India y Pakistán del colonialismo británico.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se encuentra en Colombia el día de hoy, en su primera escala como parte de la gira por la región, en la que él y el gobierno encabezado por el presidente Donald Trump enfrentan un gran rechazo tras la amenaza proferida por Trump de iniciar una posible intervención militar de Estados Unidos en Venezuela.

El presidente Donald Trump sostuvo: “Tenemos muchas opciones en el caso de Venezuela. Y, de hecho, no descarto una opción militar. Tenemos muchas opciones en el caso de Venezuela. Son nuestros vecinos. Es decir, ya saben, estamos en todas partes del mundo y tenemos tropas en todas partes del mundo, en lugares muy, muy lejanos. Venezuela no está tan lejos. Y la gente está sufriendo y está muriendo. Tenemos muchas opciones en el caso de Venezuela, incluso una posible opción militar si es necesario”.

Estas fueron las palabras pronunciadas por el presidente Trump el viernes. Sus comentarios desataron gran indignación en toda América Latina y dentro de Venezuela.

El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, afirmó que “las declaraciones belicistas del presidente Donald Trump, claramente enmarcadas dentro de las agresiones sistemáticas de la administración estadounidense contra Venezuela, representan una amenaza directa contra la paz, la estabilidad, la independencia, la unidad territorial, la soberanía y el derecho a la autodeterminación de la República Bolivariana de Venezuela”.

En Bolivia, pueblos indígenas y ambientalistas protestaron el domingo contra la decisión del gobierno de resucitar los planes de construcción de una polémica carretera que atravesaría territorios indígenas y un parque nacional en la Amazonia. Los opositores a la carretera afirman que esta acelerará la deforestación de la Amazonia y destruirá las tierras y los medios de sustento de las comunidades indígenas. El domingo, el presidente Evo Morales aprobó una polémica ley que le quita a un parque nacional su condición de protegido, lo que abre la puerta para la construcción de la carretera.

El líder indígena Fernando Vargas afirmó: “Hoy, [el presidente Evo Morales] va a promulgar una ley que le da entierro a los pueblos indígenas, al patrimonio de los bolivianos, pero que también le clava un puñal al pueblo boliviano, porque está destruyendo el patrimonio que es de los bolivianos”.

En Israel, miles de manifestantes se congregaron frente al hogar del fiscal general israelí para protestar contra la corrupción y, en particular, contra el presidente Benjamin Netanyahu, que enfrenta una investigación penal tras ser acusado de soborno, fraude y abuso de confianza. Netanyahu fue acusado de ofrecer favores políticos a cambio de 130.000 dólares en concepto de regalos lujosos, como cigarros y champán. También se enfrenta a la filtración de transcripciones de grabaciones secretas que demuestran que ofreció favores a cambio de una cobertura positiva en el principal periódico de Israel.

En Kenia, el líder de la oposición, Raila Odinga, convocó a una huelga para el día de hoy como protesta por la represión de la policía contra las manifestaciones postelectorales luego de las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado martes. Odinga rechazó el resultado de las elecciones, que indican que el presidente en ejercicio, Uhuru Kenyatta, derrotó a Odinga por casi 10 puntos. Durante el fin de semana, la policía atacó con gases lacrimógenos y fuego real a las personas que se manifestaban a favor de Odinga en Nairobi y en la ciudad portuaria de Kisumu, lo que provocó la muerte de 11 personas. Al menos 24 manifestantes murieron en las manifestaciones que han tenido lugar desde las elecciones, hace casi una semana.

En Burkina Faso, al menos 20 personas murieron luego de que el domingo un grupo de sicarios abriera fuego dentro de un restaurante turco en la capital. Hasta el momento ningún grupo asumió la responsabilidad del ataque.

Aproximadamente 100 personas murieron en inundaciones repentinas y aludes en Nepal e India, tras varios días de lluvias torrenciales. Los científicos vinculan el aumento de las lluvias y las inundaciones en el sur de Asia con el cambio climático provocado por los seres humanos.

Nuevamente en Estados Unidos, en Des Moines, Iowa, el FBI allanó la vivienda de trabajadores católicos “Hogar Berrigan”, donde viven las activistas Jessica Reznicek y Ruby Montoya, quienes asumieron la responsabilidad por varios actos de sabotaje contra el oleoducto Dakota Access. Un ex sacerdote católico que vive en la casa afirmó que los agentes del FBI se negaron a identificarse y prohibieron a quienes residen en la casa contactar a sus abogados durante el allanamiento. Los agentes también esposaron a Jessica Reznicek por un breve lapso, pero no la arrestaron ni a ella ni a Montoya. Los agentes del FBI se marcharon tras incautar algunas de las pertenencias de las dos mujeres. Haga clic aquí para acceder a una entrevista con Jessica Reznicek y Ruby Montoya.

Y la ciudad de Nueva York se ha convertido en la primera gran ciudad de Estados Unidos en garantizar abogados para inquilinos de bajos ingresos que se enfrentan al desalojo. El alcalde de la ciudad, Bill DeBlasio, firmó la legislación el viernes. Esta nueva ley llega después de años de organización de activistas por el derecho a la vivienda que procuraban poner fin al desalojo generalizado de personas de color y de bajos recursos por parte de los arrendadores de la ciudad de Nueva York, que a menudo recurren al acoso y a tácticas ilegales para desalojar a aquellos inquilinos que llevan muchos años residiendo en las viviendas.