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El presidente Donald Trump despidió al fiscal general Jeff Sessions y, en su lugar, designó a un leal partidario suyo que se refirió a la investigación que lleva adelante el fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 como “una caza de brujas”. Matthew Whitaker, ex jefe de personal de Jeff Sessions, ahora se hará cargo de la investigación de Rusia. Esto genera dudas acerca del futuro de esa investigación y de si el siguiente objetivo de Trump será Robert Mueller. Algunos especialistas están planteando dudas acerca de la legalidad de designar a Whitaker en lugar de designar al fiscal general adjunto Rod Rosenstein, que había estado supervisando la investigación de Rusia. La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU) escribió una declaración: “Jeff Sessions fue el peor fiscal general de la historia moderna estadounidense ¡y punto!. Pero el despido del principal funcionario judicial del país no debe hacerse por motivaciones políticas”.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con David Cole. Cole es director de asuntos legales de ACLU y profesor de derecho y políticas públicas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Su libro de más reciente publicación se titula “Engines of Liberty: The Power of Citizen Activists to Make Constitutional Law” (Motores de libertad: el poder de los ciudadanos activistas para hacer leyes constitucionales).