El jueves en Parkland, Florida, estudiantes y familiares hicieron una noche de vigilia para recordar a las diecisiete personas asesinadas en la Escuela Secundaria Stoneman Douglas del condado de Broward, Florida, en uno de los ataques con armas de fuego en escuelas más trágicos de la historia estadounidenses. El jueves a primera hora de la mañana, el presidente Trump publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Tantos indicios de que el atacante de Florida estaba mentalmente afectado; hasta fue expulsado de la escuela por comportamiento malo y errático. Los vecinos y compañeros sabían que era un gran problema. ¡Siempre hay que denunciar estos casos ante las autoridades, una y otra vez!”. Quienes trabajan en el área de salud mental advierten que los comentarios del presidente Trump perpetúan la estigmatización de personas que padecen enfermedades mentales y aclaran que es más probable que estas personas sean víctimas que autores de actos de violencia.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que les hicimos (en inglés) a Lindsay Nichols y Jonathan Metzl. Nichols es directora de políticas federales del Centro Giffords de Estudios Legales para la Prevención de la Violencia con Armas de Fuego. Metzl es profesor de psiquiatría de la Universidad de Vanderbilt y autor principal de un estudio realizado por dicha institución titulado “Mental Illness, Mass Shootings, and the Politics of American Firearms” (Enfermedad mental, ataques masivos con armas de fuego y las políticas estadounidenses de armas de fuego). El estudio revela que menos del cinco por ciento de los trágicos ataques con armas de fuego perpetrados en Estados Unidos son cometidos por personas con diagnóstico de una enfermedad mental. Metzl además publicó recientemente un artículo en la organización Politico titulado “I’m a Psychiatrist. Making Gun Violence About Mental Health Is a Crazy Idea” (Soy psiquiatra. Pensar que la violencia con armas de fuego está relacionada con una enfermedad mental es una locura).