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Esta semana se cumplen quince años del discurso que el entonces secretario de Estado de EE.UU., general Colin Powell, dio ante la ONU a favor de una guerra con Irak. Powell sostuvo que había pruebas claras: Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Más tarde Powell se referiría a este discurso como una mancha en su carrera. ¿El presidente Trump está haciendo lo mismo ahora con Irán? Para saber más de este tema, puede vea la entrevista que le hicimos al ex jefe de gabinete de Powell, coronel Lawrence Wilkerson. Wilkerson recientemente publicó un artículo titulado “I Helped Sell the False Choice of War Once. It’s Happening Again” (Una vez yo contribuí a vender la falsa opción de guerra. Está ocurriendo de nuevo).
Transcripción
AMY GOODMAN: Vamos a analizar ahora la creciente amenaza de una guerra de Estados Unidos contra Irán. En las últimas semanas, altos funcionarios del gobierno de Trump han intentado por varios medios generar apoyo institucional de Estados Unidos a una guerra contra Irán, mientras el presidente Trump reiteraba sus amenazas de retirar a Estados Unidos del histórico acuerdo nuclear con Irán del año 2015. El mes pasado, al firmar el certificado que exime a Iran de nuevas sanciones nucleares de parte de Estados Unidos, Trump advirtió que no lo volvería a firmar a menos que el acuerdo nuclear fuera renegociado. Dicha exención debe ser emitida cada 120 días para evitar que las sanciones se hagan efectivas.
Trump realizó esta advertencia después de las declaraciones de la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en la base militar Anacostia-Bolling en Washington D.C., frente a piezas de metal que según ella eran partes de un misil fabricado en Irán y suministrado a los hutíes en Yemen. Presuntamente, los hutíes habrían disparado ese misil hacia Arabia Saudita. Estas fueron las palabras de la embajadora Haley el 14 de diciembre.
NIKKI HALEY: Lo que hay detrás mio es un ejemplo de uno de estos ataques. Estas son las piezas recuperadas de un misil disparado por milicianos hutíes de Yemen hacia Arabia Saudita. El blanco al que apuntaba el misil era el aeropuerto civil de Riad, por el que pasan decenas de miles de pasajeros cotidianamente. Repito, este misil fue usado para atacar un aeropuerto internacional de un país miembro del G20. Imagínense si este misil hubiera sido lanzado contra el aeropuerto Dulles o el JFK, o los aeropuertos de París, Londres o Berlín. Así de grave es lo que estamos viendo aquí. Esto es lo que Irán está apoyando activamente.
AMY GOODMAN: El discurso de la embajadora Haley fue fuertemente criticado por expertos en armamentos, que señalaron que la evidencia no es concluyente e insuficiente para probar sus acusaciones de que Irán haya violado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero nuestro invitado va más allá y afirma que las acusaciones de Haley no son solo no concluyentes, sino que además traen una llamativa reminiscencia de las acusaciones falsas sobre la posesión de armas de destrucción masiva que usó el gobierno de George W. Bush para convencer a la opinión pública sobre la guerra contra Irak. El coronel Lawrence Wilkerson se desempeñó como jefe de gabinete del secretario de Estado Colin Powell entre 2002 y 2005, colaborando con la preparación del infame discurso de Powell ante la ONU, donde alegaba que Irak tenía armas de destrucción masiva. Esta semana se cumplen 15 años de aquel discurso de Powell, pronunciado el 5 de febrero de 2003.
COLIN POWELL: Una de las cosas más preocupantes que surge del extenso archivo de inteligencia que tenemos sobre las armas biológicas de Irak, es la existencia de instalaciones móviles para la producción de agentes biológicos. Permítanme introducirlos en este archivo de inteligencia y compartir con ustedes lo que sabemos a partir de relatos de testigos presenciales. Tenemos descripciones de primera mano de estas fábricas de armas biológicas sobre ruedas y rieles. Los camiones y vagones de ferrocarril se trasladan fácilmente y están diseñados para evitar ser detectados por los inspectores. Pueden producir en cuestión de meses la cantidad de veneno biológico que Irak declara como el total producido durante los años previos a la Guerra del Golfo.
AMY GOODMAN: Esas eran las palabras del entonces secretario del Estado, el general Colin Powell, el 5 de febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El coronel Lawrence Wilkerson, su jefe de gabinete, repudió tiempo después el discurso que él mismo ayudó a escribir. Su nuevo artículo de opinión para el periódico The New York Times se titula: “I Helped Sell the False Choice of War Once. It’s Happening Again” (Una vez yo contribuí a vender la falsa opción de guerra. Está ocurriendo de nuevo). Coronel Lawrence Wilkerson, bienvenido a Democracy Now! Cuéntenos qué le pasó en aquel momento, cómo se asumía la evidencia presentada por el general Colin Powell —quien luego llegaría a calificar ese discurso como una mancha en su carrera— cómo se configuró ese discurso y cómo sigue resonando hoy, con lo que escuchábamos en las palabras de la embajadora Haley.
LAWRENCE WILKERSON: Amy, ese discurso fue elaborado, se podría decir, en conjunto con todos los organismos de inteligencia estadounidenses bajo la dirección de George Tenet, director de la Central de Inteligencia, que literalmente estuvo a la derecha de Powell todo el tiempo, durante siete días y siete noches, en Langley y luego en Nueva York, antes de presentarlo. Cuando vi a Nikki Haley hacer esa presentación, ciertamente lo que vi no fue el peso de un Powell, ni la habilidad política de un Powell, ni la popularidad de un Powell. Lo que vi fue un John Bolton. Recordemos que John Bolton fue su antecesor como representante neoconservador de Estados Unidos ante Naciones Unidas. Me pareció un intento poco hábil. Y sin embargo, debemos saber que este tipo de cosas, al llevarse a cabo de forma tan gráfica y con declaraciones tan dramáticas, tienen un impacto en el pueblo estadounidense. La vi haciendo básicamente lo mismo con respecto a Irán que Powell hizo —y que yo hice, y otros hicieron— con respecto a Irak. Y eso me alarma. Creo que el pueblo estadounidense no tiene memoria para este tipo de cosas. Gore Vidal tenía algo de razón al llamarnos “Estados Unidos de Amnesia”. Así que es necesario que se nos recuerde que la información de inteligencia fue analizada tendenciosamente y en base a intereses políticos, que nos metimos en una guerra que ha sido una catástrofe absoluta para la región, e incluso, resultó mala para la seguridad de Israel a largo plazo, y quizás para la de Estados Unidos, con una destreza y con una soltura que me alarmó en ese momento. Y realmente me alarma el hecho de que ahora podríamos estar a punto de repetir ese proceso. Y hablaban antes en el programa sobre Corea del Norte, que es otro blanco posible. Este presidente tiene tantos blancos posibles de ataque dando vueltas a los que podría echar mano en cualquier momento, que está bien que temblemos ante las perspectivas de guerra y destrucción que nos esperan en los próximos tres años del mandato de Donald Trump.
AMY GOODMAN: ¿Qué nos puede decir acerca de las piezas de metal que mencionó la embajadora?
LAWRENCE WILKERSON: No me puedo imaginar cómo pudo arrastrar un trozo de metal frente a las cámaras de televisión y decir lo que dijo, del modo en que lo hizo, con los detalles que menciono —algunos de los cuales eran simplemente falsos— y esperar que alguien con un mínimo de conocimiento sobre el tema le crea. (Aunque el pueblo estadounidense no necesariamente tiene ese mínimo conocimiento sobre el tema). Fíjate cuando dice: “Esto podría haber sido disparado contra Dulles, podría haber sido disparado contra Berlín”. Si hubiera sido disparado contra Dulles o Berlín, habría caído mucho antes, en algún lugar del océano Atlántico, o incluso antes. Estos misiles no son de largo alcance. Estos misiles son muy inexactos. Tienen un CEP de kilómetros. Esto significa que, a diferencia de una arma nuclear estadounidense cuyo impacto se puede establecer dentro de un radio de 10 metros o menos, el radio de impacto de este misil puede variar entre 1 y 3 kilómetros. No saben dónde va a impactar cuando lo disparan. En otras palabras, no es muy preciso. Entonces lo que ella presentó allí y el dramatismo con el que lo presentó, aunque lo que estaba diciendo fuera fundamentalmente cierto —que los hutíes obtuvieron el misil en Irán y lo dispararon hacia Arabia Saudita— fue todo tan exagerado que al verlo te hace pensar: “no puedo creer que esta mujer esté representando a Estados Unidos”.
AMY GOODMAN: Coronel Lawrence Wilkerson, es muy interesante lo que está ocurriendo ahora en EE.UU. con los republicanos, algunos de ellos, sumándose al intento del presidente Trump de desacreditar a las agencias de Inteligencia. Y volviendo al año 2003, en ese momento había críticas feroces hacia las agencias de inteligencia, acerca de que eran usadas para politizar la información. Esto es, curiosamente, lo que está diciendo el presidente Trump ahora en un contexto muy diferente.
LAWRENCE WILKERSON: Va a encontrar muy buena predisposición de mi parte si quiere que le responda acerca de las dudas que puedo tener sobre las agencias de inteligencia estadounidenses, las 17 que están en funcionamiento ahora. Pero déjeme contarle lo que he aprendido en los últimos 11 o 12 años, trabajando con estudiantes realmente brillantes de dos universidades distintas, buscando adquirir un mayor entendimiento y nuevas perspectivas acerca de lo que sucedió no solo en los años 2002 y 2003, si no también lo que viene sucediendo desde entonces y realmente lo que ha sucedido desde la presidencia de Richard Nixon con respecto a los servicios de Inteligencia. Lo que sucede es que hay personas como Tenet, personas como John Brennan, como John McLaughlin y como Philip Mudd, por ejemplo… Phil Mudd fue jefe de contra-terrorismo de George Tenet e intentó hacerme incluir incluso más cosas a último minuto en su presentación sobre las conexiones entre Bagdad y al-Qaeda. Hay personas así que están arriba de todo, que bloquean a todos los profesionales dedicados, de alta moral y alto carácter que trabajan en las entrañas de la DIA, la CIA, la NSA y las otras agencias. Los puntos de vista de estos profesionales, que a menudo son acertados, diría que probablemente el 80% de las veces son muy acertados, quedan bloqueados de quienes toman las decisiones. Entonces, lo que sucede es que personas como Tenet y McLaughlin y Brennan, van a acomodar todo lo que puedan para hacerlo encajar en las políticas que el presidente desea llevar a cabo. Así el servicio de inteligencia se va corrompiendo. Entonces, en ese sentido, todavía soy muy crítico con la llamada “Comunidad de inteligencia de EE.UU.”.
AMY GOODMAN: Bueno, es bastante llamativo que varias de las personas que menciona por su actuación en el pasado, son quienes están apareciendo en televisión actualmente.
LAWRENCE WILKERSON: Sí, así es. John McLaughlin… John McLaughlin le mintió al secretario de Estado en más de una ocasión cuando estábamos preparando el discurso del 5 de febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
AMY GOODMAN: Quiero que veamos una parte del discurso del presidente Trump ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.
DONALD TRUMP: El acuerdo con Irán fue una de las peores y más unilaterales transacciones en las que Estados Unidos haya participado jamás. Francamente, ese acuerdo es una vergüenza para Estados Unidos y no creo que no termine ahí. Créanme. Es hora de que todo el mundo se una a nuestra demanda hacia el gobierno de Irán de que termine con su carrera de muerte y destrucción. Es hora de que el régimen libere a todos los estadounidenses y ciudadanos de otras naciones que ha detenido injustamente. Y sobre todo, el gobierno de Irán debe dejar de apoyar a los terroristas, comenzar a servir a su propia gente y respetar los derechos soberanos de sus vecinos.
AMY GOODMAN: Coronel Lawrence Wilkerson, ¿qué le respondería al presidente Trump? ¿Y cómo ve el hecho de que el “reloj del apocalipsis” esté más cerca de la medianoche que nunca?
LAWRENCE WILKERSON: Ese acuerdo, cuyas siglas son JCPOA, el acuerdo nuclear entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Alemania e Irán, es probablemente el camino más traicionero y que con más probabilidad lleve a la guerra con Irán. El régimen de Obama hizo lo mejor que pudo en una situación diplomática dificilísima. Y eso es este acuerdo nuclear, que mantiene a Irán lejos de las armas nucleares y nos da más de un año, en caso de que intentaran romperlo secretamente, para inspeccionar, encontrar y detener su accionar, incluso si tuviéramos que bombardear. Entonces, es un acuerdo sin precedentes en cuanto a poder detener el intento de Irán de desarrollar un arma nuclear, si es que alguna vez tuvo el deseo de hacerlo. Si Trump lo socava, si este gobierno socava el acuerdo ya no habrá… —y están avanzando rápidamente hacia eso— ya no quedarán alternativas por delante, mirándolo bien. Bueno, mis colegas y algunos de mis oponentes en esto dirán: “Oh, no, eso no necesariamente significa ir a la guerra”. Ciertamente sí significa ir a la guerra, si se continúa la avanzada contra Irán en cuanto… en no aceptar que Irán tenga un arma nuclear, porque entonces los servicios de inteligencia no pararán de decirnos que Irán está … sé que la Fundación para la Defensa de la Democracia y otras de ese tipo no dejarán el tema en paz. Apenas el acuerdo sea derogado, tendremos un montón de gente diciéndonos que Irán está tratando de desarrollar un arma nuclear, lo esté haciendo o no. Y eso llevará a que la única manera de mantener la seguridad del pueblo estadounidense, de la comunidad internacional y de la región… Arabia Saudita está deseando una guerra con Irán con vidas estadounidenses en el frente de batalla… O sea que así planteado, en esas circunstancias, la única forma de detener a Irán es con una invasión con 500,000 soldados y tropas, por lo que más vale tener algunos aliados, 10 años y 4 o 5 billones de dólares. Y al final de esos 10 años, la situación se verá peor que en Irak después de 10 años de guerra. Esa es la perspectiva que estás viendo a largo plazo si dices que este acuerdo no es bueno y hay que derogarlo. Porque si sigues considerando inaceptable que Irán tenga un arma nuclear, la única forma de garantizar que no la tenga es con una invasión. Bombardearlos no servirá, un bombardeo solo hará que se refugien bajo tierra y desarrollen un arma. Se aliarán con los norcoreanos y cosas por el estilo. Sabemos que han trabajado con los norcoreanos en algunas ocasiones. Y ahí sí desarrollarán un arma. Entonces será como con Kim Jong-un: nos lo presentarán como un hecho consumado. La proliferación de armas nucleares es una amenaza real en este momento. Estoy de acuerdo con el Boletín de Científicos Atómicos en que el “reloj del apocalipsis” esté a dos minutos, dos minutos y medio de la medianoche, o algo así. El peligro de un intercambio nuclear en la faz de la tierra es ahora mayor probablemente que en cualquier momento desde 1945. Mayor que con la crisis de los misiles en Cuba en el año 1962, y la crisis de Berlín que más o menos la precedió. Estamos en un momento peligroso y tenemos un hombre en la Casa Blanca que es peligroso como presidente.
AMY GOODMAN: Coronel Wilkerson, el miércoles el Secretario de Defensa, James Mattis, defendió una solicitud del Pentágono para desarrollar nuevas armas nucleares llamadas de bajo rendimiento, y dijo a la prensa que Estados Unidos necesita una gama más completa de opciones nucleares. Y a la vez, el gobierno de Trump ha dado a conocer su nueva estrategia de armas nucleares, que incluye un gasto de al menos 1.2 billones de dólares para actualizar, según dicen, el arsenal nuclear de Estados Unidos. ¿Qué opina al respecto?
LAWRENCE WILKERSON: Lleve la cuenta a dos o tres billones, o tal vez incluso cuatro, porque ese será el costo real al final, eso es lo que gastaremos en los próximos 10 a 15 años para hacer esto. Y es algo que no necesitamos. Basta con ver algunos de los componentes de esta propuesta. Por ejemplo, se está hablando de un bombardero B-21 para la Fuerza Aérea que va a ser tan caro que la Fuerza Aérea ni siquiera le dice al Congreso cuánto costará. Se está hablando de un misil crucero con cabeza nuclear para ese bombardero, que en realidad anula la necesidad del bombardero. Es redundante tener las dos cosas, pero lo haremos de todos modos. Todo para satisfacer al complejo militar-industrial en Estados Unidos que hace negocios con armas nucleares. Esto significa gastar mucho dinero y mantener a muchos científicos nucleares y otras personas en sus trabajos. Entiendo eso, pero no apruebo que se gaste el dinero de esta manera. Esto es una respuesta a los rusos, cuya estrategia militar actual incluye el uso de armas nucleares de poco rendimiento en caso de ser invadidos por la OTAN. Está escrito en su doctrina. Y también es para perturbar aún más la situación con los chinos, quienes están tomando la filosofía nuclear de Mao Zedong y arrojándola por la ventana, diciendo: “Oh, tal vez sea mejor construir muchas más armas nucleares como para poder resistir un primer golpe y contraatacar”. Y todo esto es causado por Estados Unidos. Por todo lo que está pasando en el mundo post-Guerra Fría, que todos pensábamos que iba a ser un lugar más pacífico pero se está volviendo cada vez más catastróficamente peligroso.
AMY GOODMAN: Coronel Wilkerson, Trump acaba de tuitear: “Ya firmé la ley”, en referencia a la ley de gastos. “Nuestro ejército será más fuerte que nunca. Amamos y necesitamos a nuestro ejército y le estamos dando todo, y más. Primera vez que esto ocurre en mucho tiempo”. ¿Una última reflexión al respecto en 10 segundos?
LAWRENCE WILKERSON: Bueno, no es la primera vez. Ronald Reagan hizo lo mismo en los años ’82, ’83, ’84. Y lo hizo utilizando políticamente la información de inteligencia sobre la Unión Soviética. En ese momento, sabíamos que la Unión Soviética se estaba cayendo a pedazos, pero eso no encajaba con su carrera armamentista. Lo mismo exactamente está haciendo Trump. Y está usando al ejército para ganar más votos.
AMY GOODMAN: Bueno, le agradezco muchísimo por estar con nosotros. El coronel Lawrence Wilkerson fue jefe de gabinete del Secretario de Estado Colin Powell de 2002 a 2005. Con esto finalizamos nuestro programa de hoy. ¡Muy feliz cumpleaños a Mohamed Taguine!
Traducción realizada por Pamela Subizar. Editado por Igor Moreno, Verónica Gelman y Democracy Now! en Español.