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La semana pasada, el tribunal de apelaciones de Estados Unidos declaró la inconstitucionalidad de una ley de Indiana firmada por Mike Pence, entonces gobernador hoy vicepresidente, que exige el entierro o la cremación de los fetos. El año pasado Texas aprobó una ley que decía que todos los restos fetales deben ser enterrados o cremados y también prohibía la donación de ese tejido con fines de investigaciones. En enero, el juez federal de distrito David Alan Ezra frenó de manera temporaria la ley de restos fetales, pero el fiscal general de Texas, Ken Paxton, prometió continuar luchando por ella. Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Blake Norton y Sophie Blake. Norton perdió un embarazo en el año 2015 en el Centro Médico Seton de Austin, Texas y la obligaron a elegir entre autorizar al hospital a enterrar los restos en una tumba compartida o disponer un “entierro privado” a su cargo. Novack es periodista del periódico Texas Observer. Su artículo de portada acerca de Blake Norton se tituló “Indoctrinated: A Catholic hospital in Austin forces patients who miscarry to consent to fetal burials. For one woman, that made a painful loss even worse—and she worries it could soon become routine across Texas” (Adoctrinadas: un hospital católico de Austin obliga a las pacientes que perdieron un embarazo a dar su consentimiento para enterrar los fetos. Una mujer, para quien eso convirtió una pérdida dolorosa en algo aún peor, teme que pronto sea rutinario en todo Texas).