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En todo Estados Unidos han estallado protestas contra la nueva política del gobierno de Trump de separar a los niños y niñas de sus familiares en las fronteras de Estados Unidos con México. Ahora, la mayor parte de los padres y madres capturados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza están siendo acusados de ingreso delictivo —y en muchos casos, re-ingreso delictivo— y se los lleva a cárceles o prisiones para cumplir su condena, en lugar de ir a centros de detención para inmigrantes. Mientras tanto, sus niños y niñas son enviados a refugios y programas de custodia temporal en diferentes lugares del país. Según la agencia periodística Associated Press, entre el 19 de abril y el 31 de mayo, cerca de 2.000 niños y niñas fueron separados de sus familias. Como parte de la ola de manifestaciones, cientos de personas se congregaron frente a un Centro de Procesamiento para familias en McAllen Texas. La mitad de los niños y niñas que se encuentran allí han sido separados de sus madres y padres. Además, un grupo de legisladores demócratas visitaron un centron privado de detención de inmigrantes ubicado en el pueblo Elizabeth de Nueva Jersey, para hablar con madres y padres solicitantes de asilo político detenidos allí luego de separarles de sus niños. Mientras tanto, el domingo en Houston la gente marchó bajo la lluvia hacia un antiguo depósito y refugio para gente de la calle donde ahora el gobierno piensa retener a cientos de niños y niñas separados de sus familias, entre los que se encuentran niños y niñas de la llamada “edad temprana”, es decir, menores de 12 años.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) el informe de Democracy Now! sobre el tema.