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Casi tres semanas después de que se cumpliera la fecha límite impuesta por un tribunal para reunir a las familias separadas por la fuerza en la frontera entre México y Estados Unidos, el Gobierno de Trump ha admitido que 559 menores permanecen bajo su custodia y separados de sus padres. Los padres de más de 360 de estos menores han sido deportados. El Gobierno dijo la semana pasada que todavía está buscando a 26 padres que fueron separados de sus hijos. La mayoría de las familias separadas en la frontera buscaban asilo huyendo de la violencia en sus países de origen: El Salvador, Honduras y Guatemala. En vez de recibir asilo, los padres fueron acusados penalmente en un tribunal federal por cruzar ilegalmente la frontera y luego encarcelados. Los menores, algunos todavía en edad lactante, fueron enviados a centros de acogida por todo Estados Unidos. El juez Dana Sabraw, quien emitió la orden ejecutiva para exigir al Gobierno de Trump que reúna a todas las familias separadas, declaró: “Por cada padre que no sea localizado, habrá un menor huérfano, y eso es 100% responsabilidad del Gobierno”. Para hablar más de este entrevistamos (en inglés) a John Carlos Frey, galardonado reportero de investigación que trabaja con The Marshall Project y como corresponsal de PBS NewsHour. Frey acaba de estar en Guatemala y en la ciudad de Nogales, en la frontera entre México y Estados Unidos, donde habló con solicitantes de asilo que llevaban esperando días, e incluso semanas, para ingresar a Estados Unidos.