El sábado, las Fuerzas Democráticas Sirias, que cuentan con el respaldo de Estados Unidos, anunciaron la caída del último bastión territorial del autoproclamado Estado Islámico (ISIS). Los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias habían combatido a ISIS en la ciudad fronteriza de Baghouz durante varias semanas, antes de la anunciada derrota. Estados Unidos celebró el anuncio, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, agregó que la misión de su país sigue en curso: “Nuestra misión no ha cambiado. Todavía tenemos trabajo que hacer para asegurarnos de que el terrorismo islámico radical no siga creciendo”.
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