San Francisco se ha convertido en la primera gran ciudad de Estados Unidos en prohibir el uso de tecnología de reconocimiento facial por parte de la policía y otras agencias de la ciudad. Bajo la nueva reglamentación, dichas agencias deberán obtener autorización de la Junta de Supervisores de la ciudad antes de implementar cualquier nueva tecnología de vigilancia.
La tecnología biométrica aún puede ser empleada en el aeropuerto de San Francisco, ya que es controlado por el Gobierno federal. Matt Cagle, un abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles del norte de California, elogió la decisión y afirmó que ese tipo de tecnología “proporciona al Gobierno un poder sin precedentes para rastrear a las personas que desarrollan sus actividades cotidianas. Eso es incompatible con una democracia sana”. Los expertos también han advertido sobre los sesgos raciales y otros tipos de prejuicios que puede conllevar el uso de esa tecnología.