Los iraníes salieron a la calle por tercer día consecutivo en señal de protesta, luego que las fuerzas militares iraníes reconocieran que accidentalmente habían derribado el avión ucraniano de línea la semana pasada. Las ciento setenta y seis personas que iban a abordo murieron, entre las que había 82 iraníes y 57 canadienses. En un principio, Irán negó el derribo del avión, pero la Guardia Revolucionaria de Irán se responsabilizó de lo que las autoridades ahora describen como un “error desastroso”. El avión fue derribado horas después de que las fuerzas iraníes dispararan 22 cohetes contra las bases militares en Irak que albergan tropas estadounidenses. La medida fue tomada en represalia por el asesinato del general iraní Qassem Soleimani ordenado por EE.UU. Millones de iraníes salieron a la calle la semana pasada para rendir homenaje a Soleimani, pero esta semana las protestas contra el gobierno se reiniciaron en una docena de ciudades, por lo menos. Según se informa, las fuerzas iraníes están disparando balas de plomo y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Mientras tanto, en Washington, el secretario de defensa, Mark Esper, contradijo públicamente la afirmación del presidente Trump, según la cual Soleimani estaba planeado atacar las embajadas de EE.UU. al momento del asesinato. Esper dijo que no había visto pruebas que apoyaran el argumento de Trump.
Para saber más de las protestas iraníes, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Ali Kadivar. Kadivar es profesor asistente de sociología y estudios internacionales en Boston College. Se crio en Irán durante la guerra entre ese país e Irak. Terminó sus estudios de grado y obtuvo su primer título de posgrado en la Universidad de Teherán, donde participó activamente en el movimiento estudiantil.
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