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El Partido Republicano se está encolumnando detrás del presidente Trump y apoya sus acusaciones infundadas de fraude electoral generalizado, así como su negativa a reconocer la derrota frente a Joe Biden en la elección presidencial. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, defendió la decisión del presidente Trump de no reconocer la victoria de Biden. Por su parte, el fiscal general William Barr modificó drásticamente la política del Departamento de Justicia, al anunciar que los fiscales federales podían investigar “denuncias específicas” de fraude electoral, medida que provocó la renuncia de Richard Pilger, director de la Sección Delitos Electorales del Departamento de Justicia. La campaña de Trump presentó un aluvión de demandas judiciales que buscan invalidar los resultados electorales de la semana pasada, entre ellas una en Pensilvania que intenta impedir que los funcionarios de dicho estado certifiquen la victoria electoral de Joe Biden. Hasta ahora no hay pruebas de que haya habido fraude electoral como alega la campaña de Trump. “Este es un ataque sin precedentes a la democracia”, sostiene Kristen Clarke, presidenta y directora ejecutiva del Comité de Abogados por los Derechos Civiles Conforme a la Ley. “La gente se ha expresado a través del voto y tenemos un presidente que se niega a reconocer, aceptar y dar lugar a la voluntad popular”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Kristen Clarke.