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Durante la campaña electoral, el presidente entrante Joe Biden prometió anular las políticas de inmigración más restrictivas de Donald Trump, pero desde que fue elegido no incluyó la inmigración entre sus cuatro prioridades principales. Cientos de activistas por los derechos migratorios recorrieron la ciudad natal de Biden —Wilmington, Delaware— para exigirle que, dentro de los primeros cien días su gobierno, frene las deportaciones y avance en el otorgamiento de la ciudadanía a personas indocumentadas. Esto se produce en momentos que más de la mitad de los centros de detención de inmigrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) informaron que actualmente tienen brotes de coronavirus. También se están realizando manifestaciones en el Centro de Detención del Noroeste en Tacoma, Washington, administrado por la empresa GEO Group, donde otro detenido dio positivo por coronavirus y ya hay, al menos, 22 contagiados. Las autoridades de ICE han castigado con aislamiento a muchas de las personas que protestan contra las condiciones de vida en los centros de detención y piden ser liberadas. “Al virus lo están trayendo guardias y empleados de ICE, que vienen a trabajar aunque hayan dado positivo”, dice Maru Mora Villalpando, activista inmigrante indocumentada y cofundadora de la agrupación La Resistencia. También hablamos con Manuel Abrego, jefe del sistema de apoyo telefónico a personas detenidas en Tacoma, implementado por La Resistencia, que relata su experiencia de aislamiento en la cárcel durante ocho meses luego de hacer huelga de hambre contra las condiciones de vida en el centro.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Maru Mora Villalpando y Manuel Abrego.