La lucha contra la construcción de un oleoducto continúa creciendo en Canadá, donde en diferentes lugares del país se están realizando manifestaciones en solidaridad con la defensa de la tierra que sostienen las comunidades Wet’suwet’en, cuyo territorio fue intervenido por la policía la semana pasada y durante el fin de semana. Decenas de personas fueron detenidas en esta incursión policial de varios días en territorios indígenas, cuyo uso y ocupación se mantienen soberanos sin estar sujetos a ningún tratado. Allí, los jefes hereditarios están dando una larga batalla en defensa de la tierra contra la construcción del oleoducto Coastal GasLink, de la empresa TransCanada que tendría 400 millas y costaría 4,700 millones de dólares. Las redadas policiales se realizaron a alrededor de 1000 kilómetros al norte de Vancouver y generaron indignación en todo el país. En Ontario, una manifestación solidaria bloqueó durante días los ferrocarriles de la empresa Canadian National Railway, impidiendo los viajes de decenas de miles de pasajeros. El miércoles 13 de febrero, el primer ministro canadiense Justin Trudeau llamó a una rápida resolución de las protestas. Y en Nueva York, se realizó una manifestación en las sede central de las Naciones Unidas en solidaridad con la defensa de la tierra del pueblo Wet’suwet’en.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestro informe desde territorio Wet’suwet’en donde nos acompaña la defensora de la tierra y matriarca Molly Wickham. Su clan, el Clan Gidimt’en fue uno de los atacados por la policía la semana pasada, con 60 oficiales fuertemente militarizados con rifles de asalto y perros. Y desde Toronto nos acompaña Pamela Palmater, abogada del pueblo Mi’kmaq e integrante de la comunidad Eel River Bar, ubicada en New Brunswick. Además, es presidenta de la gobernación indígena de la Universidad Ryerson.
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