En todo Estados Unidos, personal médico y de enfermería reporta una grave carencia de equipos de protección personal o EPP, que pone en peligro su salud y seguridad. El hashtag #GetUsPPE (Consíganos EPP, en español) fue tendencia en las redes sociales, al tiempo que miembros del personal médico reportaron que han sido obligados a reutilizar una sola mascarilla protectora N95 durante todo el día, o incluso durante varios días, contraviniendo el protocolo estándar de cambio de mascarillas para cada paciente.
En el estado de Georgia, las autoridades estatales informaron que dos trabajadores de la salud que fallecieron a fines de la semana pasada dieron positivo por COVID-19.
En el estado de California, el gobernador Gavin Newsom afirmó que su estado carece de 50.000 camas de hospital que serán necesarias cuando los casos de COVID-19 alcancen su punto máximo. Newsom sostiene que California está intentando adquirir más de 500 millones de mascarillas y 1.000 millones de guantes. En Los Ángeles, donde los casos confirmados de coronavirus alcanzaron los 660 el martes, un joven de 17 años falleció de COVID-19, convirtiéndose en el primer menor del que se tenga conocimiento en morir en Estados Unidos a causa de la enfermedad.
Hermano de la vicegobernadora de Minnesota fallece de COVID-19; el esposo de la senadora Klobuchar se encuentra hospitalizado
En el estado de Minnesota, la vicegobernadora Peggy Flanagan informó que su hermano, Ron Golden, falleció en un hospital de Tennessee durante el fin de semana tras contraer COVID-19. La senadora demócrata de Minnesota y excandidata presidencial Amy Klobuchar sostuvo que su esposo, John Bessler, permanece hospitalizado en la costa este con síntomas graves de COVID-19. Klobuchar habló el martes con el programa de entrevistas Good Morning America.
La senadora Amy Klobuchar dijo: “Bueno, hoy sigue recibiendo oxígeno. La razón por la que fue hospitalizado es que tenía neumonía. Estaba tosiendo sangre y sus niveles de oxígeno estaban peligrosamente bajos. Así que ha estado allí durante unos días”.
A medida que los casos de coronavirus en Estados Unidos continuaban aumentando el martes de manera exponencial —con más de 54.000 casos conocidos—, el presidente Donald Trump dijo que esperaba reanudar pronto la actividad económica de Estados Unidos y poner fin a las restricciones destinadas a frenar la propagación de COVID-19 para el Domingo de Pascua, dentro de tres semanas.
El presidente Donald Trump expresó: “Creo que el Domingo de Pascua ustedes verán las iglesias abarrotadas de gente en todo nuestro país. Creo que sería un momento hermoso”.
El plazo establecido por Trump para el Domingo de Pascua va en contra de lo que aconsejan todos sus asesores médicos. En el estado de Virginia, el líder evangélico cristiano Jerry Falwell Jr. desestimó el llamado a cerrar la Universidad Liberty, donde trabaja como rector, dando la bienvenida a miles de estudiantes que regresaron de las vacaciones de primavera y ordenando a los miembros de las cátedras de la facultad a que se presentaran en el campus. Falwell es uno de los más destacados simpatizantes de Trump. En el estado de Florida, el gobernador republicano Ron DeSantis pidió a las personas mayores de 65 años y a cualquier persona que haya regresado del estado de Nueva York en las últimas tres semanas a que se aislara durante 14 días. El gobernador DeSantis no ha ordenado el confinamiento en el estado, y algunas playas de Florida siguen abiertas.
En noticias sobre inmigración, documentos obtenidos por la revista The Nation revelan que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ha puesto en cuarentena a nueve reclusos y está monitoreando al menos a otros veinticuatro en diez cárceles para inmigrantes por síntomas relacionados con COVID-19. Los documentos también muestran que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza está trabajando para convertir varias de sus principales instalaciones fronterizas en centros de cuarentena. Esta noticia surge al tiempo que el medio BuzzFeed informa que un inmigrante encarcelado en un centro de detención en Nueva Jersey se ha convertido en la primera persona bajo la custodia del Servicio de Inmigración que da positivo por COVID-19 en Estados Unidos.
En la frontera entre Estados Unidos y México, el Gobierno de Donald Trump dice que prorrogará todas las audiencias que estaban programadas para el próximo mes para los solicitantes de asilo que han sido obligados a permanecer en México. Mientras tanto, los tres tribunales de inmigración de Nueva York están cerrados provisoriamente, después de que un empleado de uno de los tribunales diera positivo por COVID-19.
En Nueva York, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, dice que al menos 300 reclusos no violentos serán liberados de la cárcel de la isla de Rikers. Esto se debe a que más de 60 presos y personal de la cárcel han dado positivo por COVID-19.
Mientras tanto, la localidad de Alden, en el estado de Nueva York, docenas de oficiales que trabajan en el Centro Correccional de Wende están ahora en cuarentena debido a que temen haber sido expuestos al coronavirus después de trasladar a dos reclusos, entre ellos Harvey Weinstein, el magnate de Hollywood condenado por violación, quien diera positivo por COVID-19 esta semana.
En Ginebra, la Organización Mundial de la Salud advirtió el martes que Estados Unidos se está convirtiendo en el próximo epicentro de la pandemia de coronavirus, concentrando más del 12% de los 435.000 casos documentados en el mundo, aunque el verdadero número de infecciones tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo seguramente sea mucho mayor. En toda África, los ministros de finanzas están exigiendo al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial que suspendan los pagos de la deuda para poder destinar 44.000 millones de dólares para combatir la pandemia. En India, el primer ministro Narendra Modi ha ordenado a toda la nación de 1.300 millones de personas que permanezcan en sus casas durante las próximas tres semanas.
Italia registró otras 743 muertes en un período de 24 horas, revirtiendo así una tendencia en la que las muertes diarias habían disminuido ligeramente. Más de 6.800 personas han muerto a causa de COVID-19 en Italia. Francia informó que su número de muertes a nivel nacional ha superado las 1.000, y según advirtió un alto funcionario médico, el número real de muertes es probablemente mayor, ya que no se han contado los que fallecen en sus casas o en hogares para personas de edad avanzada.
España ha registrado más de 3.400 muertes entre unos 47.600 casos de personas contagiadas con COVID-19, entre los que se cuenta, Baltasar Garzón, el jurista de 64 años que defendió a Julian Assange, de Wikileaks, y ordenó el arresto del exdictador chileno Augusto Pinochet en 1998 por cargos de tortura y genocidio. Garzón está actualmente hospitalizado con insuficiencia respiratoria que se cree que se debe al virus.
El Gobierno británico ha convocado a un cuarto de millón de voluntarios para ayudar a combatir la pandemia, mientras las autoridades de Londres comienzan a convertir el centro de exposiciones ExCeL en un hospital improvisado donde se atenderán hasta 4.000 personas. Entre los infectados se encuentra el príncipe Carlos, el heredero al trono británico de 71 años de edad, que según se informa se ha autoaislado con síntomas leves de COVID-19.
En Sudán del Sur, enormes nubes de langostas están devastando los cultivos de alimentos de todo el país, poniendo en peligro aún más a una población que ya se enfrenta a la mayor tasa de inseguridad alimentaria del mundo. Enjambres de langostas del desierto han aparecido en África oriental en cantidades nunca vistas desde principios de la primera década del 2000, y algunos científicos del clima advierten que el agravamiento de las olas de calor y los ciclones tropicales están haciendo que los enjambres de langostas sean aún peores. Esto fue lo que dijo el agricultor sudanés Lotok Joseph Okuera.
Lotok Joseph Okuera: “Estamos muy preocupados, porque este año, si el gobierno o las ONG no nos ayudan a terminar con esta situación, estaremos enfrentándonos realmente a un gran problema de hambre”.
Los grupos de ayuda humanitaria dicen que el aumento del hambre solo empeorará los problemas de más de 200.000 personas que viven en superpoblados campamentos de las Naciones Unidas y que ahora están en riesgo de infección de COVID-19.