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Este fin de semana, miles de personas salieron a la calle en todo Estados Unidos para protestar contra las muertes de personas negras avaladas por el Estado. Al mismo tiempo, el país enfrenta su mayor crisis de salud pública en generaciones y la mayor tasa de desempleo desde la Gran Depresión. En este contexto, el profesor Cornel West se refiere a Estados Unidos como una “civilización capitalista depredadora y obsesionada con el dinero, el dinero y el dinero”. También establece un vínculo entre la violencia del Estado estadounidense en el extranjero y dentro del país. “Hay una conexión entre las semillas de violencia que se siembran externa e internamente”.
Transcripción
NERMEEN SHAIKH: Dr. Cornel West, ¿podría responder a lo que dijo la profesora Yamahtta Taylor? Usted está de acuerdo, por supuesto, en que el asesinato de George Floyd fue un linchamiento. También ha dicho que su muerte y las manifestaciones que se desencadenaron son una muestra del fallido experimento social que es Estados Unidos. ¿Podría responder a eso y también a la forma en que el Estado y las fuerzas del orden han respondido a las protestas tras la muerte de George Floyd, con la Guardia Nacional desplegada en muchas ciudades y estados alrededor del país?
CORNEL WEST: No hay duda de que este es el momento de la verdad en Estados Unidos. Pero tenemos que establecer la conexión entre lo local y lo global. Porque cuando se siembran las semillas de la avaricia: la desigualdad a nivel nacional y, a nivel mundial, los tentáculos imperialistas, 800 unidades militares en el extranjero, la violencia y la presencia del Mando África de EE.UU. (AFRICOM) en África, el apoyo a varios regímenes dictatoriales en Asia, etc., hay una conexión entre las semillas de violencia sembradas externa e internamente. Lo mismo pasa con las semillas del odio, de la supremacía blanca, del odio hacia las personas negras. El odio a la negrura, con su propia dinámica dentro del contexto de una civilización capitalista depredadora, obsesionada con el dinero, dinero, más dinero, la dominación de los trabajadores y la marginación de aquellos que no encajan —nuestros hermanos homosexuales, hermanas lesbianas, trans y demás—. Es precisamente esta convergencia a la cual se refiere mi querida hermana, la profesora Taylor, en relación con las formas en que el imperio estadounidense está implosionando, con sus cimientos sacudidos por levantamientos desde las bases.
El catalizador, sin duda, fue el linchamiento público de nuestro hermano George Floyd, pero también los fracasos de la economía capitalista depredadora en satisfacer las necesidades básicas de alimentación, asistencia sanitaria y educación de calidad, trabajos con un salario digno, al igual que el colapso de la clase política y el colapso de la clase profesional. Su legitimidad ha sido cuestionada radicalmente y eso es multirracial. Es la dimensión neofascista de Trump. Es la dimensión neoliberal de Biden y Obama, de los Clinton y demás. Esto incluye a gran parte de los medios de comunicación. Incluye a muchos de los profesores en las universidades. Los jóvenes dicen: “Todos ustedes han sido hipócritas. No se han preocupado por nuestro sufrimiento, nuestra miseria. Ya no creemos en su legitimidad”. Y eso deriva en una violenta explosión, que es lo que sucede ahora.
No quiero extenderme, pero, es en este contexto en el cual creo que Ella Baker y Fannie Lou Hamer, el rabino Heschel y Edward Said y, especialmente, el hermano Martin y Malcolm y sus legados, se vuelven más importantes, porque nos hablan desde la verdad. Nos proporcionan la conexión entre justicia y compasión con su ejemplo, en la forma en que se organizaron. Y eso es lo que se necesita en este momento. Una rebelión no es lo mismo que una revolución, de ninguna manera. Lo que necesitamos es un proyecto revolucionario no violento de intercambio democrático a gran escala —poder, riqueza, recursos, respeto, organización— y una transformación fundamental de este imperio estadounidense.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es su opinión, profesor West, acerca del gobernador de Minnesota, quien ha dicho que se están investigando conexiones entre grupos de supremacía blanca con los saqueos e incendios en la ciudad, y luego, el presidente Trump diciendo en Twitter que buscará incluir a ANTIFA, los activistas antifascistas, en la lista de terroristas —algo que no puede hacer— y el énfasis que William Barr le ha dado a esto, al decir que emprenderá una investigación contra la extrema izquierda?
CORNEL WEST: No, eso es ridículo. Recuerde, hermana Amy —y le digo que la aprecio y la respeto mucho— que ANTIFA me salvó la vida en Charlottesville. No hay duda de eso. Ellos brindaron seguridad. Así que la noción de que se conviertan en candidatos a ser designados como organización terrorista, cuando las personas que intentaban matarnos —los nazis, el Klan— no son candidatos para un estatus de organización terrorista, es precisamente lo que quieren que suceda. Y lo que sucederá, con Trump a la cabeza, es una reacción violenta, represiva y neofascista ante lo que está pasando. Tenemos que ser muy claros al respecto. El neofascismo tiene ese tipo de obsesión con la imposición militarista ante cualquier tipo de desorden. Entonces tenemos que fortalecernos ante eso. Pero creo que lo más importante es que debemos asegurarnos de preservar nuestro fundamental enfoque moral y espiritual, nuestras cualidades, en perseguir la verdad y la justicia, además de vigilar de cerca el saqueo legalizado: la codicia de Wall Street; el asesinato legalizado: la policía; el asesinato legalizado en el extranjero, en Yemen, en Pakistán, en África con AFRICOM, y así sucesivamente. Ahí es donde debe estar nuestro enfoque, porque toda esta energía rebelde se tiene que canalizar a través de organizaciones arraigadas en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Traducido por Gabriela Barzallo y Mariana Góngora. Editado por Iván Hincapié.