En Estados Unidos, el fiscal general del estado de Minnesota, Keith Ellison, presentó cargos contra los cuatro policías de la ciudad de Minneapolis involucrados en la muerte de George Floyd, ocurrida la semana pasada, que desató protestas aún en curso en todo el país. Ellison agregó un cargo de homicidio en segundo grado contra el agente Derek Chauvin, quien ya enfrentaba un cargo de homicidio en tercer grado por presionar su rodilla contra el cuello de Floyd durante ocho minutos y 46 segundos mientras Floyd suplicaba por su vida. Los otros tres agentes presentes durante los hechos fueron acusados de complicidad en el asesinato. Chauvin fue arrestado la semana pasada y los otros tres agentes, Thomas Lane, Alexander Kueng y Tou Thao, están ahora bajo custodia. Keith Ellison, el primer fiscal general afroestadounidense de Minnesota, anunció los cargos el miércoles por la tarde.
El fiscal general Keith Ellison afirmó: “Voy a ser honesto, nuestro país no ha tomado las suficientes acciones judiciales en este tipo de casos, ni en Minnesota ni en todo el país. Y, por eso, creo que la falta de confianza actual es el resultado de que, históricamente, no se ha responsabilizado de su comportamiento a quienes están encargados de proteger a la población, en situaciones en las cuales deberíamos haberlo hecho”.
Este jueves se llevará a cabo en Minneapolis un servicio en memoria de George Floyd. El miércoles, su hijo Quincy Mason Floyd recibió con agrado la noticia de los cargos presentados contra los oficiales de policía.
Quincy Mason Floyd expresó: “Me alegra que todos los agentes [involucrados] hayan sido arrestados. Mi padre no debería haber sido asesinado así. Merecemos justicia. Eso es todo lo que tengo para decir”.
Continúan en Estados Unidos y en todo el mundo las protestas multitudinarias en reclamo de justicia racial y por el fin de la brutalidad policial. En Washington D.C., la mayor multitud de manifestantes registrada hasta la fecha convergió en la Casa Blanca el miércoles por la noche, tras un día de marchas pacíficas en toda la capital. Los manifestantes fueron recibidos por miembros uniformados de la Guardia Nacional, así como por un numeroso grupo de personas fuertemente armadas y con equipos antidisturbios cuyas insignias y placas de identificación habían sido removidas de sus uniformes. Los agentes no identificados rechazaron en reiteradas ocasiones las demandas de los periodistas de revelar a qué agencias pertenecían, lo que provocó que se los comparara con fuerzas policiales paramilitares.
En el Pentágono, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, mostró su desacuerdo con el presidente Donald Trump y sostuvo que las tropas militares en servicio activo no deberían ser desplegadas para sofocar las protestas en curso.
El secretario de Defensa Mark Esper afirmó: “La alternativa de utilizar las fuerzas armadas en servicio activo para hacer cumplir la ley sólo debe usarse como un último recurso y sólo en las situaciones más urgentes y graves. No estamos en una de esas situaciones ahora. No apoyo que se invoque la Ley de Insurrección”.
Asimismo, Esper sostuvo que lamentó instar el lunes a los gobernadores a “dominar el espacio de batalla” a la hora de lidiar con protestas. El miércoles por la mañana, Esper ordenó la retirada de aproximadamente 200 soldados de la División Aerotransportada número 82 del Ejército en servicio activo que fueron desplegados en Washington D.C. Sin embargo, luego de una reunión en la Casa Blanca, que fue descripta como muy tensa, Ester revocó la orden de retirada.
Mientras tanto, el ex secretario de Defensa del Gobierno de Trump James Mattis denunció que el mandatario está teniendo una respuesta militarizada a las protestas. Mattis escribió: “Donald Trump es el primer presidente que he conocido a lo largo de mi vida que no intenta unir al pueblo estadounidense, ni siquiera pretende intentarlo. En cambio, intenta dividirnos. Estamos presenciando las consecuencias de tres años de ese esfuerzo deliberado”.
El expresidente de Estados Unidos Barack Obama expresó el miércoles su apoyo a las protestas en todo el país y criticó las acciones de algunos agentes de policía.
Barack Obama sostuvo: “Con demasiada frecuencia, una parte de la violencia proviene de personas que presuntamente debían servirlos y protegerlos. Quiero que sepan que ustedes importan. Quiero que sepan que sus vidas importan, que sus sueños importan”.
Continúan las protestas masivas en la ciudad de Nueva York. En el barrio Upper East Side fueron cerradas algunas cuadras el miércoles mientras una multitud de personas realizó una sentada afuera de Gracie Mansion, la residencia del alcalde Bill De Blasio. Mientras tanto, más de 200 empleados y exempleados del alcalde firmaron una carta abierta. Sus demandas incluyen recortar el presupuesto de la Policía en 1.000 millones de dólares y reasignar el dinero a servicios sociales, incluyendo subsidios para viviendas y ayudas para el pago de alquiler, asistencia alimentaria y atención sanitaria. La carta también pide el despido de los oficiales de policía que han usado fuerza excesiva durante las protestas.
Esto se produce al tiempo que la Sociedad de Asistencia Legal ha presentado una demanda, alegando que cientos de manifestantes en Nueva York están siendo retenidos durante más de 24 horas en celdas hacinadas en medio de una pandemia.
En otras noticias de Nueva York, un afroestadounidense de 35 años llamado Jamel Floyd ha muerto después de que los guardias le rociaran gas pimienta dentro del Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn. Floyd estaba detenido en dicha cárcel desde octubre de 2019.
En el estado de California, una multitud de manifestantes pacíficos se reunió el miércoles en el Centro Cívico de Los Ángeles para acusar a la fiscal de distrito de Los Ángeles, Jackie Lacey, de no procesar a los oficiales de policía acusados de conducta indebida. Las protestas se produjeron cuando el Concejo de la ciudad presentó una legislación que recortaría hasta 150 millones de dólares del presupuesto del Departamento de Policía de Los Ángeles y desviaría los fondos hacia programas de salud y educación para las comunidades de color.
Muchos atletas destacados han salido públicamente a apoyar las protestas. La leyenda del baloncesto Kareem Abdul Jabbar escribió en el periódico Los Angeles Times: “El racismo en Estados Unidos es como el polvo en el aire. Parece invisible, incluso si te ahogas con él, hasta que dejas que el sol lo ilumine. Entonces ves que está en todas partes. Mientras dejemos que esa luz brille, tendremos la oportunidad de sacar el polvo donde sea que se asiente. Pero tenemos que estar atentos, porque siempre está en el aire”.
Mientras tanto, muchas estrellas de la Liga de Fútbol Nacional han salido a hablar contra el mariscal de campo estrella de los Saints de Nueva Orleans, Drew Brees, quien recientemente criticó a los jugadores que se han arrodillado durante el himno nacional diciendo que él “nunca estaría de acuerdo con alguien que no respete la bandera de Estados Unidos de América”. Su compañero de equipo Malcolm Jenkins respondió a estos comentarios en un video en Instagram.
Malcolm Jenkins dijo: “Aquí estamos en 2020, con todo el país en llamas, todos presenciamos la muerte de un hombre negro que fue asesinado a manos de la policía, a sangre fría, a la vista de todos. Todo el país está en llamas. ¿Y lo primero que haces es criticar nuestra protesta pacífica?”.
En otras noticias sobre deportes, la estrella de tenis Coco Gauff, de 16 años de edad, habló el miércoles en una protesta del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan, en español) en la ciudad de Delray Beach, en el estado de Florida.
Coco Gauff expresó: “No importa cuán grande o pequeña sean sus plataformas, deben hacer escuchar su voz. Vi una cita del doctor [Martin Luther] King que decía: ‘El silencio de la gente buena es peor que la violencia de la gente mala’. Por lo tanto, no tienen que quedarse callados”.
Monumentos en honor a la historia racista de la nación están siendo derribados en varios estados después de haber sido atacados por manifestantes durante la semana pasada. El miércoles, la ciudad de Filadelfia retiró una estatua del ex jefe de policía y alcalde de la ciudad Frank Rizzo, conocido por sus políticas racistas, solo unos días después de que los manifestantes intentaran derribarla e incendiarla. El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, dijo: “La estatua representó el fanatismo, el odio y la opresión para demasiada gente, durante demasiado tiempo”.
En el estado de Virginia, se espera que el gobernador Ralph Northam ordene hoy la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee del terreno del Capitolio estatal en la ciudad de Richmond, después de que fuera vandalizada durante las protestas.
En la ciudad de Birmingham, en el estado de Alabama, los manifestantes derribaron una estatua del oficial confederado Charles Linn y destrozaron un monumento conocido como el Monumento a los Marineros y Soldados Confederados. Tras la medida, el alcalde de Birmingham, Randall Woodfin, ordenó que retirar la estatua derribada.
En Nashville, la capital de Tennessee, los manifestantes derribaron una estatua de Edward Carmack, un político y editor de periódicos racista que incitaba a la violencia contra la periodista y líder en la defensa de los derechos civiles Ida B. Wells por sus reportajes sobre linchamientos.
En el Congreso estadounidense, el senador republicano Rand Paul, del estado de Kentucky, está retrasando la rápida aprobación de un proyecto de ley, presentado por los tres miembros afroestadounidenses del Senado, que convertiría el linchamiento en un delito de odio federal. El senador Paul objetó el miércoles la aprobación de la ley, que de otra forma sería aprobada unanimamente, alegando que esta podría “confundir delitos menores con linchamiento”. En febrero, la Cámara de Representantes aprobó su versión del proyecto, la Ley Emmett Till contra los Linchamientos, en una votación que contó con 410 votos a favor y 4 en contra.
En el Vaticano, el papa Francisco emitió un mensaje al pueblo estadounidense el miércoles.
El papa Francisco expresó: “Sigo con gran preocupación los dolorosos disturbios sociales que se están produciendo en su nación en estos días, tras la trágica muerte del Sr. George Floyd. Queridos amigos, no podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión y pretender defender la santidad de toda vida humana”.
Las declaraciones del papa Francisco tuvieron lugar un día después de que Donald Trump visitara las instalaciones del Santuario Nacional de San Juan Pablo II el martes. El arzobispo de Washington, Wilton Gregory, calificó la visita como una “desconcertante y reprensible” sesión de fotografías politizada. Gregory es el primer arzobispo afroestadounidense de la Archidiócesis de Washington D.C.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos emitió recientemente las últimas cifras de desempleo: 1,9 millones de estadounidenses solicitaron prestaciones por desempleo en la última semana y 42,6 millones de trabajadores estadounidenses han presentado solicitudes desde el inicio de la pandemia. Por otra parte, un estudio realizado por el medio Bloomberg News concluye que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no ha pagado la impactante cifra de 67.000 millones de dólares en subsidios por desempleo durante la pandemia, lo que representa casi un tercio del dinero que deben recibir los estadounidenses desempleados.
Una coalición de funcionarios de salud pública estadounidenses pide a los departamentos de Policía que pongan fin al uso generalizado de gases lacrimógenos contra los manifestantes durante la pandemia. Una petición por internet suscrita por casi 1.300 especialistas en enfermedades infecciosas advierte que los gases podrían “incrementar el riesgo de contagio de COVID-19 al hacer que el tracto respiratorio se torne más susceptible a infecciones, al exacerbar inflamaciones e inducir a toser”. Los expertos advierten además que no es aconsejable mantener a personas arrestadas en espacios cerrados, entre ellos, celdas o camionetas policiales, debido a que son algunos de los lugares que suponen mayor riesgo de transmisión de COVID-19.
A pesar de los riesgos de salud, los expertos alientan a la gente a continuar con las protestas. En la petición escribieron: “La supremacía blanca es un problema de salud pública letal que antecede y contribuye con la COVID-19”.
Legisladores de Hong Kong aprobaron una ley que convierte en delito faltarle el respeto al himno nacional de China. La ley fue aprobada mientras la Policía aumentaba la represión de manifestantes contrarios al Gobierno y tras un amargo debate que llegó a desatar peleas en el Parlamento autónomo de Hong Kong. La aprobación de la ley tuvo lugar al cumplirse el trigésimo primer aniversario de la represión en la Plaza Tiananmen de Pekín, en la cual fuerzas de seguridad chinas abatieron a estudiantes durante una manifestación.