En Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump continúa presionando para que las escuelas públicas vuelvan a abrir el próximo semestre, a pesar de las preocupaciones de los educadores y autoridades de salud pública. El miércoles, el presidente Trump arremetió contra los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, diciendo que las pautas sobre la reapertura segura de centros educativos elaboradas por dicha agencia eran “muy severas y costosas”. Horas después, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades anunciaron que revisarían sus directrices, las cuales exigen que las clases tengan horarios intercalados, así como también nuevas asignaciones de asientos para favorecer el distanciamiento físico, el uso de tapabocas y el cierre de espacios comunes. Trump también amenazó con cortar los fondos a aquellos centros educativos que no vuelvan a abrir.
El miércoles, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, anunció que a los estudiantes de Nueva York se les impartirá una combinación de aprendizaje presencial y remoto el próximo semestre. Los estudiantes asistirán a clases presenciales entre uno y tres días a la semana. Mientras tanto, la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts han demandado al Gobierno de Trump por su plan de despojar a los estudiantes internacionales de sus visas si sus centros educativos pasan a impartir solamente cursos en línea.