En Estados Unidos, el huracán Laura llegó al estado de Luisiana a primera hora de este jueves como una tormenta de categoría 4 extremadamente peligrosa, con marejadas ciclónicas de hasta seis metros de altura y vientos sostenidos de más de 240 kilómetros por hora. Laura, que constituye la tormenta más intensa en Luisiana en más de un siglo, tocó tierra al sur de la ciudad de Lake Charles próximo a las horas de marea alta. La tormenta provocó lo que los meteorólogos denominaron un muro de agua “imposible de sobrevivir” tan alto como un edificio de dos pisos. Cientos de miles de personas fueron evacuadas antes de la tormenta, pero los trabajadores de servicios de emergencia afirman que 150 residentes de la parroquia de Cameron se negaron a dejar sus hogares. Aún se desconoce si sobrevivieron a la tormenta.
Mientras la tormenta azotaba el Golfo de Estados Unidos, la industria del petróleo y el gas se apresuró a proteger las refinerías y a cerrar unas 300 plataformas de perforación en alta mar, retirando del mercado más de un millón y medio de barriles de petróleo por día y aumentando el temor sobre posibles nuevos derrames petroleros. La tormenta llegó casi exactamente 15 años después de que el huracán Katrina azotara el sureste de Luisiana, dejando el 80% de la ciudad de Nueva Orleans bajo el agua. Se trata de la séptima tormenta que toca tierra en Estados Unidos en lo que va del año, un número récord sin precedentes para fines de agosto.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, encabezó el miércoles la tercera noche de la Convención Nacional Republicana y aceptó formalmente la nominación de su partido para un segundo período en el cargo. Durante su intervención en el Fuerte McHenry en la ciudad de Baltimore, Pence prometió instaurar ley y orden en todo el país.
El vicepresidente Mike Pence afirmó: “El presidente Trump y yo siempre apoyaremos el derecho de los estadounidenses a la protesta pacífica. Pero los disturbios y los saqueos no son protestas pacíficas. Derribar estatuas no es libertad de expresión. Y quienes lo hagan serán enjuiciados con todo el peso de la ley”.
El vicepresidente Pence no hizo mención a la brutalidad policial ni a los recientes tiroteos por parte de la policía que han desatado protestas en todo Estados Unidos. Pence ignoró el caso de Jacob Blake en la ciudad de Kenosha, Wisconsin, el de Breonna Taylor en la ciudad de Louisville, en Kentucky y el de George Floyd en Minneapolis, Minnesota. Sin embargo, el vicepresidente condenó el asesinato del oficial de las fuerzas federales de seguridad David Patrick Underwood, perpetrado en mayo en la ciudad de Oakland, pero no mencionó que Underwood murió a manos de un sargento del Estado Mayor de la Fuerza Aérea vinculado al movimiento de extrema derecha “Boogaloo”.
En otras noticias sobre la Convención Nacional Republicana, el periódico The Wall Street Journal ha puesto al descubierto que dos de las mujeres que se convirtieron en ciudadanas estadounidenses durante una ceremonia de naturalización sin precedentes, que fue televisada durante la convención, no sabían que la ceremonia sería transmitida como parte de un evento político.
En el estado de Wisconsin, el Departamento de Justicia de Estados Unidos manifestó el miércoles que iniciará una investigación independiente sobre los disparos efectuados por la policía contra Jacob Blake, cuyo atacante fue identificado el miércoles por primera vez como el oficial de policía de Kenosha Rusten Sheskey. Sheskey, quien es blanco, le disparó a Jacob Blake —un hombre negro que se encontraba desarmado— por la espalda siete veces mientras se subía a su auto el domingo, dejándolo paralizado de la cintura para abajo. Sheskey ha sido puesto en licencia administrativa paga y no ha sido acusado de ningún delito.
El tiroteo ha provocado protestas masivas en todo el país. Durante la noche, un grupo de manifestantes desafió el toque de queda impuesto en Kenosha a las a las 9:00 p.m. y marchó por cuarta noche consecutiva. Mientras, en Minnesota, el gobernador Tim Walz convocó a la Guardia Nacional a la ciudad de Minneapolis mientras manifestantes que salieron a las calles, rompían ventanas y tomaban mercadería de las tiendas del centro. Las protestas en la ciudad comenzaron después de que circulara un falso rumor en las redes sociales de que la policía le había disparado fatalmente a un hombre que era buscado por cargos de homicidio. En realidad, el hombre había muerto por suicidio, por un disparo autoinflingido, cuando la policía lo asediaba para arrestarlo.
La policía ha arrestado al adolescente blanco que abrió fuego contra los manifestantes del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan, en español) en la ciudad de Kenosha el martes, matando a dos personas e hiriendo a una tercera. Kyle Rittenhouse, de 17 años de edad, se autoproclamó como miliciano y es un ávido partidario del presidente Trump. Rittenhouse, quien fue visto en primera fila en un mitin de la campaña presidencial de Trump en enero, fue detenido el miércoles en Antioch, en el estado de Illinois, y acusado de asesinato. En las redes sociales, Kyle Rittenhouse realizó publicaciones en apoyo al movimiento en favor de la policía “Blue Lives Matter” (Las vidas azules importan, en alusión al color del uniforme de los agentes), posó con armas y apareció en una foto cuando solo tenía 15 años vistiendo un uniforme de policía como parte de un “Programa de Seguridad Pública para Cadetes”.
Los videos de testigos presenciales del ataque perpetrado por Rittenhouse muestran cómo el agresor, que cae al suelo mientras porta un arma de cañón largo, dispara contra una multitud mientras los manifestantes intentan desarmarlo. Los últimos videos muestran que la policía luego permitió que Rittenhouse abandonara la escena del crimen incluso cuando la gente intentaba identificarlo como la persona que había disparado.
En una conferencia de prensa el miércoles, el jefe de policía de Kenosha, Daniel Miskinis, culpó a los manifestantes por el ataque mortal. Todo esto ocurre tras conocerse un video condenatorio filmado más temprano esa misma noche que muestra a la policía de Kenosha ofreciendo agua al grupo de civiles armados.
Oficial de policía: “Tenemos que guardar un par, pero les daremos un par a ustedes. Los apreciamos, realmente”.
Justicieros armados: “¡Gracias! ¡Muchas gracias!”
Los partidos de baloncesto, béisbol y fútbol profesionales se suspendieron el miércoles en una pausa sin precedentes, después de que los jugadores de los Bucks de Milwaukee se negaran a entrar en la cancha para jugar un partido de desempate contra los Magic de Orlando en protesta por el tiroteo de la policía contra Jacob Blake. Luego, la NBA canceló los tres partidos eliminatorios del miércoles. En el canal TNT, la exestrella de baloncesto y comentarista Kenny Smith se retiró del estudio del programa “Inside the NBA” en solidaridad con los manifestantes.
bq. Kenny Smith: “Como hombre negro, como exjugador, creo que es mejor para mí apoyar a los jugadores y simplemente no estar aquí esta noche, y veré luego qué sucede. Simplemente no me siento preparado para esto”.
bq. Ernie Johnson Jr.: “Y yo lo respeto”.
La WNBA también canceló tres partidos el miércoles, después de que las integrantes del equipo Mystics de Washington llegaron con camisetas con siete agujeros en la parte trasera, en representación de los disparos recibidos por Jacob Blake, y el nombre del afroestadounidense en la parte delantera. Esto es lo que dijo Ariel Atkins, alera de las Mystics.
bq. Ariel Atkins: “No se trata solo de baloncesto. No somos solo jugadoras de baloncesto. Y el hecho de que seamos jugadoras de baloncesto no significa que sea nuestra única plataforma. Tenemos que entender que cuando la mayoría de nosotras regresamos a casa, seguimos siendo negras”.
Tres partidos de la Liga Mayor de Béisbol y la mayoría de los partidos de la Liga Mayor de Fútbol del miércoles también fueron pospuestos a raíz de las protestas de los jugadores. El torneo de tenis Western & Southern Open también suspendió los partidos después de que la superestrella Naomi Osaka, cuyo padre es haitiano, se retirara para protestar contra la injusticia racial.
En noticias sobre economía, solo dos estados de Estados Unidos comenzaron a pagar el suplemento federal de 300 dólares por semana adicional a los subsidios semanales por desempleo, a pesar de que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, prometió el 10 de agosto que “la mayoría de los estados” tendrían el programa en funcionamiento en el transcurso de dos semanas. El presidente Trump creó el improvisado programa de 44.000 millones de dólares mediante una orden ejecutiva, luego de que los legisladores republicanos permitieran que caducara hace un mes el aumento otorgado a las prestaciones por desempleo.
Por otra parte, una moratoria a los desalojos impuesta a nivel federal venció el lunes, antes del 1° de septiembre, cuando el alquiler y las hipotecas devendrán pagaderos para 30 millones de estadounidenses que perdieron sus empleos durante la pandemia. El Laboratorio de Desalojos de la Universidad de Princeton estima que, en este momento, hasta 40 millones de personas corren el riesgo de ser desalojadas en los próximos meses.
Una reciente encuesta nacional muestra que uno de cada cinco propietarios de pequeñas empresas prevé cerrar si las condiciones económicas no mejoran en los próximos seis meses. Y un estudio del Instituto de Política Económica concluye que, desde el inicio de la pandemia, unos doce millones de estadounidenses han perdido el seguro de salud provisto por sus empleadores.
En Nueva Zelanda, un tribunal condenó a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a un agresor armado, autoproclamado nacionalista blanco, tras declararlo culpable de 51 cargos de asesinato, 40 cargos por intento de homicidio y por participar en un acto terrorista. En marzo de 2019, Brenton Tarrant, ciudadano australiano de 29 años de edad, envió por correo electrónico un manifiesto racista, minutos antes de abrir fuego con un rifle de asalto en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch y transmitir en vivo la masacre por Facebook. La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, manifestó estar de acuerdo con la condena.
La primera ministra Jacinda Ardern expresó: “El trauma del 15 de marzo no sanará fácilmente; sin embargo, tengo la esperanza de que hoy sea el último día en que tengamos que oír o pronunciar el nombre del terrorista que lo causó. Él merece pasar toda su vida en total y absoluto silencio”.