En Estados Unidos, residentes del área de la bahía de San Francisco y el norte del estado de California despertaron el miércoles con un cielo anaranjado oscuro, mientras una capa de humo proveniente de los devastadores incendios forestales impulsados por el cambio climático cubría la región. El denso humo bloqueó tanta luz solar que la temperatura cayó muy por debajo de lo pronosticado y los meteorólogos compararon el efecto con un invierno nuclear. Numerosos residentes describieron la escena como “apocalíptica”.
Las llamas también han asolado el estado de Oregón, donde decenas de incendios han destruido cientos de hogares e incluso localidades enteras. La gobernadora del estado, Kate Brown, sostuvo que podría tratarse del mayor desastre en la historia de Oregón.
La gobernadora Kate Brown afirmó: “Quiero ser franca al decir que esperamos ver una gran pérdida tanto en estructuras como en vidas humanas. Esta podría constituir la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades debido a incendios forestales en la historia de nuestro estado”.
Los incendios, que dejaron al menos siete personas muertas en los estados de Washington, Oregón y California, también están propagándose rápidamente en Montana, Colorado y Utah. Mientras tanto, nuevos datos satelitales muestran que incendios desatados en la región amazónica de Brasil aumentaron a su punto más alto en 10 años en agosto y muchos de ellos consumieron bosques vírgenes en lugar de áreas ya deforestadas.
Un nuevo informe halló que las poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces se han desplomado en todo el mundo en un alarmante 68% desde 1970. En su Informe Planeta Vivo, publicado bienalmente, el Fondo Mundial para la Naturaleza advierte que “la biodiversidad es fundamental para la vida humana en la Tierra, pero existe una evidencia innegable al respecto: la estamos destruyendo a un ritmo sin precedentes en la historia.”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció el miércoles que le restó importancia públicamente a la amenaza de la COVID-19 durante semanas a medida que el coronavirus se extendía por todo el mundo, incluso tras recibir informes a principios de este año sobre la gravedad de la emergente pandemia. Estas son las palabras expresadas por Trump en respuesta a un periodista que le preguntó si engañó al público para reducir el pánico.
El presidente Donald Trump manifestó: “Bueno, creo que si usted dijera que fue para reducir el pánico, tal vez fue así. La verdad es que solo quiero darle ánimos a este país. Amo nuestro país. Y no quiero que la gente se asuste. No quiero crear pánico”.
La admisión de Trump se produjo horas después de que el periodista del periódico The Washington Post Bob Woodward publicara explosivos extractos de su próximo libro sobre Trump titulado “Rage” (Furia), junto con conversaciones grabadas que mantuvo con el presidente. En una llamada telefónica llevada a cabo el 7 de febrero, Trump le contó a Woodward lo que supo sobre el nuevo coronavirus por el presidente chino Xi Jinping.
El presidente Donald Trump sostuvo: “Se transmite por el aire, Bob. Eso siempre es más severo que por el tacto. En [el caso del] tacto, puedes no tocar cosas. Pero el aire, simplemente respiras el aire y así es como se transmite. Así que es muy riesgoso. Es [un virus] muy delicado. También es más mortal incluso que las gripes más extenuantes… Esto es más mortífero. [La tasa de mortalidad] es del 5% en comparación con el 1% y menos del 1% [de la gripe]. Así que esto es algo mortal”.
El presidente Trump hizo esos comentarios el 7 de febrero. La Casa Blanca no declararía una emergencia nacional hasta el 13 de marzo. Durante las semanas intermedias, Trump negó repetida y enérgicamente que la COVID-19 representara una amenaza significativa para el pueblo estadounidense. En una ocasión, el 4 de marzo, Trump desestimó un hallazgo de la Organización Mundial de la Salud que sostenía que la tasa global de muerte por COVID-19 era del 3,4%. Trump estaba hablando en el canal de noticias Fox News.
El presidente Donald Trump expresó: “Bueno, creo que el 3,4% es realmente un número falso. Ahora, esta es solo mi sospecha, pero basada en muchas conversaciones que he tenido con mucha gente que trabaja en el tema, porque mucha gente padecerá esto, y los síntomas son muy leves”.
Dos semanas después de esos comentarios, el 19 de marzo, Trump admitió en privado en otra llamada con Bob Woodward que había minimizado públicamente la gravedad de la pandemia.
Presidente Donald Trump: “Siempre quise restarle importancia. Todavía le resto importancia”.
Bob Woodward: “Sí”.
Presidente Donald Trump: …”porque no quiero generar pánico”.
Expertos en modelos de enfermedades de la Universidad de Columbia informan que, si los estados hubieran empezado a tomar medidas de distanciamiento social solo una semana antes en marzo, habrían muerto 36.000 personas menos.
El miércoles, el candidato presidencial demócrata Joe Biden se expresó sobre las denuncias de que Trump había engañado deliberadamente a la población estadounidense sobre el coronavirus. Biden habló en un evento de campaña al aire libre en el estado de Michigan.
Joe Biden: “Él tenía la información. Sabía lo peligroso que era. Y mientras esta enfermedad mortal arrasaba nuestra nación, no hizo lo que tenía que hacer a propósito. Fue una traición de vida o muerte al pueblo estadounidense”.
Bob Woodward está siendo criticado por haber demorado su informe sobre el engaño de Trump durante meses mientras la pandemia se propagaba por Estados Unidos. Charles Pierce, bloguero de política de la revista Esquire, tuiteó: “Bob Woodward conocía la verdad detrás de la mortífera torpeza del Gobierno y lo peor de todo es que la reservó para su libro, que será lanzado con gran éxito y por el que obtendrá grandes ganancias, después de que casi 200.000 estadounidenses hayan muerto”.
En otras revelaciones de su nuevo libro, Woodward escribe que Trump se jactaba de un nuevo tipo de arma nuclear altamente clasificada. Además, cita al Dr. Anthony Fauci, científico especialista en enfermedades infecciosas, opinando sobre el presidente Trump: “Su capacidad de atención es menor a cero. (…) Lo único que busca es ser reelecto”.
Esta noticia se produce mientras el medio Politico ha revelado que una persona designada por Trump dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos ha intentado evitar que el Dr. Fauci discuta los riesgos que el coronavirus representa para los niños durante las recientes entrevistas con los medios. En correos electrónicos recientemente revelados, el funcionario afirma falsamente que no hay ninguna evidencia de que los niños transmitan el virus a otros.
El miércoles, el director de los Institutos Nacionales de Salud, Dr. Francis Collins, testificó en el Congreso y respondió a las preocupaciones de que el Gobierno de Trump apresuraría la aprobación de una vacuna antes de las elecciones, sin que fuera completamente probada.
Dr. Francis Collins: “Ciertamente, tratar de predecir si [la aprobación de una vacuna] ocurre en una semana en particular, antes o después de una fecha en particular a principios de noviembre, trasciende cualquier cosa que cualquier científico en este momento pueda decir, y les aseguro que saben lo que dicen. Entonces, sí, será a través de la ciencia, y solo la ciencia, que se tome esta decisión; de lo contrario, no voy a participar en esto”.
Un denunciante del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por su sigla en inglés) acusó a directivos de la agencia de dar instrucciones a los analistas para que minimicen la amenaza que representan los supremacistas blancos y los esfuerzos de Rusia para interferir en las elecciones de 2020. La explosiva acusación aparece en una denuncia presentada por Brian Murphy, exjefe de la rama de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional. Murphy dijo que el secretario interino de la agencia, Chad Wolf, le ordenó personalmente que dejara de presentar evaluaciones de inteligencia sobre la amenaza de la interferencia rusa y que en cambio se concentrara en las acciones de China e Irán. Murphy afirma que la solicitud provino del asesor de seguridad nacional del presidente Trump, Robert O’Brien. En julio, Murphy dijo que uno de sus informes de inteligencia sobre Rusia fue retenido porque “hacía quedar mal al presidente”.
Murphy también dijo que se le había ordenado modificar el texto en evaluaciones para que la amenaza de los supremacistas blancos “parezca menos severa”. A principios de este año, un documento del Departamento de Seguridad Nacional establecía que “los extremistas supremacistas blancos seguirán siendo la amenaza más persistente y letal en la patria hasta el 2021”. Pero en versiones más recientes del documento, la referencia a los supremacistas blancos fue eliminada. Murphy también afirma que altos funcionarios de la agencia ejercieron presión sobre analistas para que cambiaran evaluaciones de manera que coincidieran con comentarios hechos por el presidente Trump atacando a grupos antifascistas.
Un ingeniero de software de Facebook renunció como protesta por las actividades de la empresa, diciendo que la plataforma está “en el lado equivocado de la historia”. En una carta abierta a sus compañeros de trabajo, Ashok Chandwaney escribió: “Renuncio porque ya no soporto contribuir a una organización que se está beneficiando del odio en Estados Unidos y en todo el mundo”. Chandwaney citó el papel de Facebook en avivar el genocidio en Birmania y permitir que una milicia de extrema derecha recientemente usara la plataforma para reclutar vigilantes armados para ir a la ciudad de Kenosha, Wisconsin y enfrentar a los manifestantes del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Uno de los partidarios de la milicia mató a tiros a dos manifestantes.
Por su parte, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, ha rechazado las afirmaciones de que la plataforma se ha convertido en una herramienta para la extrema derecha. Zuckerberg apareció en el programa “Axios en HBO”.
Mark Zuckerberg: “No creo que el servicio sea una cámara de resonancia de la derecha, como usted lo llama. Creo que todos pueden usar su voz y encontrar medios en los que confíen, que reflejen sus opiniones y experiencias de vida”.
El vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence tiene previsto dirigirse la próxima semana al estado de Montana para una recaudación de fondos organizada por dos partidarios de la teoría conspirativa de extrema derecha QAnon. Los anfitriones, Michael Borland y su esposa, han promovido repetidamente a QAnon en las redes sociales. Borland también ha descrito a los manifestantes del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) como terroristas y en una ocasión amenazó con dispararles.
En el Líbano se ha producido un incendio masivo en el puerto de Beirut, un mes después de que una explosión catastrófica en el puerto matara a más de 200 personas, hiriera a 7.000 y dejara a más de un cuarto de millón de habitantes sin hogar. Las autoridades señalan que el incendio de este jueves comenzó en una bodega que almacenaba aceite y neumáticos en la zona franca del puerto.
En México, el periodista Julio Valdivia fue encontrado asesinado y decapitado el miércoles en un área remota del estado de Veracruz, en la costa del Golfo. El periodista de 44 años de edad se especializaba en cubrir las notorias bandas criminales y de narcotraficantes de México. Valdivia es al menos el quinto periodista asesinado en México este año, según Reporteros sin Fronteras.
Miles de agricultores irrumpieron el martes en una represa en el estado fronterizo de Chihuahua en el norte de México utilizando bombas incendiarias, palos y piedras para hacer retroceder a los soldados de la Guardia Nacional. Los soldados respondieron disparando gas lacrimógeno y municiones reales, matando a dos manifestantes. Los agricultores exigen que México deje de desviar agua a Estados Unidos desde la represa La Boquilla ya que, según dicen, los ha dejado sin poder regar sus cultivos en medio de una sequía devastadora. Este es Abel Alvarado, uno de los manifestantes:
bq. Abel Alvarado: “Esta es una reacción de los ciudadanos para defender su patrimonio. El agua es patrimonio de todos, el agua no es de nadie, el agua es de todos los chihuahuenses, de todos los mexicanos”.
Según los términos de un tratado de 1944, México le debe a Estados Unidos casi 500 millones de metros cúbicos de agua, que debe pagar antes del 24 de octubre.