El presidente Trump nominó a la conservadora Amy Coney Barrett para cubrir el cargo de jueza federal de la Corte Suprema de EE.UU. en reemplazo de la jueza Ruth Bader Ginsburg. De esta manera, el tribunal quedaría con una fortalecida mayoría conservadora de seis miembros contra tres. Con esta nueva configuración, se facilitaría el camino para flexibilizar drásticamente las leyes de tenencia de armas, dañar a las comunidades de inmigrantes y, posiblemente, tener un papel central en la definición de una reñida elección presidencial. “Su conservadurismo religioso no es lo que la hace extremista, son sus opiniones jurídicas”, dice Elie Mystal, corresponsal en temas judiciales para la revista The Nation. “No es su religión lo que orienta sus decisiones, sino sus extremos puntos de vista conservadores”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Elie Mystal.