Relacionado
En Estados Unidos aumenta la indignación a medida que surgen nuevas pruebas sobre quiénes participaron en la insurrección del 6 de enero en el edificio del Congreso. Dentro de la multitud de manifestantes, había miembros de grupos supremacistas blancos violentos que figuraban en una lista de potenciales terroristas. Importantes dirigentes demócratas, como el presidente electo Joe Biden, están pidiendo nuevas leyes contra el terrorismo local como forma de acabar con la violencia del supremacismo blanco. Sin embargo, las agrupaciones que luchan por las libertades civiles advierten que las fuerzas de seguridad ya están en condiciones de actuar para desbaratar los grupos violentos de extrema derecha y que la implementación de nuevas leyes de terrorismo doméstico terminaría perjudicando a los sectores marginados. “No podemos esperar encontrar soluciones en los mismos sistemas que, en definitiva, son los que nos perjudican, en particular a las personas de color”, sostiene Manar Waheed, asesora legal y de defensa de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Manar Waheed.