Al menos 28 agentes de las fuerzas de seguridad provenientes de todo Estados Unidos participaron en el acto organizado por Trump el 6 de enero en Washington que desembocó en el ataque al edificio del Congreso de Estados Unidos. Algunos de ellos llegaron incluso a jactarse en las redes sociales de haber participado en el motín que dejó un saldo de cinco personas muertas. Albert Samaha, periodista de investigación del medio BuzzFeed News, dice que el hecho de que en la insurrección hayan participado agentes de policía que estaban fuera de servicio refleja un problema creciente de radicalización de derecha en las filas policiales. Problema que, según afirman agentes negros, los altos mandos no han abordado. Samaha dice que, si bien “la ideología supremacista blanca en las fuerzas de seguridad es tan antigua como las propias fuerzas de seguridad en Estados Unidos”, hubo un marcado cambio en el tono y las actitudes entre los agentes de policía luego del levantamiento de Ferguson en 2014 contra la brutalidad policial. También afirma que el fuerte apoyo de Donald Trump a la policía frente a las denuncias de faltas graves y violencia sistémica les dio a los agentes una nueva licencia para expresar prejuicios y opiniones extremistas. “Algo se corrió y, de repente, esas opiniones se volvieron aceptables en los pasillos”, dice.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Albert Samaha.