El presidente Joe Biden prometió actuar con rapidez en relación con la pandemia, la crisis económica y otros temas, pero la implementación de gran parte de su agenda depende de si logra suficiente apoyo en el Senado, donde en los últimos años un número sin precedentes de proyectos de ley necesitaron una supermayoría de 60 votos para evitar ser frenados por tácticas dilatorias. Desde sectores progresistas y organizaciones de derechos civiles exhortaron a la dirigencia demócrata a eliminar las tácticas dilatorias advirtiendo que si no lo hacen, el bloque republicano del Senado obstruirá los planes de Biden tal como sucedió durante el gobierno de Obama. El ex asesor del Senado Adam Jentleson, autor del nuevo libro “Kill Switch: The Rise of the Modern Senate and the Crippling of American Democracy” (Botón de emergencia: El surgimiento del Senado moderno y la mutilación de la democracia estadounidense), dice que las tácticas dilatorias se han utilizado históricamente para impedir el avance hacia una igualdad racial y evitar escuchar la opinión de las mayorías. “Los fundarores de la Nación (…) no querían que se permitieran las tácticas dilatorias” dice.
“Cuando lo crearon, el Senado era una institución en la que el obstruccionismo no tenía poder. Fue diseñado como organismo controlado por la mayoría”.
Para ampliar esta informació, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Adam Jentleson.