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En Kenosha, Wisconsin, el fiscal de distrito Michael Graveley ha anunciado que no se presentarán cargos contra el oficial de policía blanco que, en agosto, disparó siete tiros contra Jacob Blake, un hombre negro de 29 años, dejándolo paralítico. El oficial Rusten Sheskey disparó a Blake por la espalda y a quemarropa mientras éste ingresaba a su automóvil, donde se encontraban sus tres hijos, de 3, 5 y 8 años. La fiscalía sostiene que el agente disparó en defensa propia porque Blake tenía un cuchillo pequeño. La difusión del video del tiroteo contra Blake provocó un levantamiento social en Kenosha contra el racismo y la violencia policial de carácter sistémico en Estados Unidos. La familia de Blake repudió el fallo de la fiscalía. El representante del estado de Wisconsin David Bowen afirma: “Nuevamente, en esta situación, vemos una falla de la justicia (…) No vemos que el fiscal del distrito esté en condiciones de enjuiciar a un oficial que usa su criterio para disparar siete tiros en la espalda de un hombre negro”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con David Bowen.