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El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia por un devastador derrame de petróleo frente a la costa de Huntington Beach, que vertió cerca de 545.000 litros de petróleo crudo al Océano Pacífico. Las investigaciones señalan que el derrame fue provocado por una fisura en un oleoducto submarino que pudo haber sido dañado por el ancla de un barco. El oleoducto es propiedad de la empresa Amplify Energy, con sede en Texas, que recién informó que tenía una filtración 12 horas después de la primera notificación a la Guardia Costera. Es probable que las playas de la zona permanezcan cerradas durante meses mientras las cuadrillas trabajan para minimizar el daño ambiental. “Las plataformas petrolíferas en alta mar que tiene California son una bomba de tiempo”, dice Miyoko Sakashita, directora del programa de océanos del Centro para la Diversidad Biológica. “Es hora de cerrarlas”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Miyoko Sakashita.