Analizamos el modo en que la industria de los combustibles fósiles está condicionando la educación en las escuelas de Estados Unidos. El Consejo de Educación del Estado de Texas se prepara para votar si los nuevos estándares para la enseñanza de ciencias en las escuelas secundaria deben incluir el cambio climático o no. El lenguaje que elijan en su redacción determinará, en última instancia, cómo los libros de texto de todo el país abordarán este tema. El Consejo ya diluyó esos estándares tras la feroz presión ejercida por lobistas de empresas de combustibles fósiles, a pesar de que especialistas en cambio climático exhortaron a las autoridades escolares a que los planes de estudios reflejen de qué manera actividades humanas, como la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, han afectado el clima. Hablamos con la periodista de investigación Katie Worth, que visitó escuelas de todo Estados Unidos y descubrió que los intereses corporativos y políticos están impidiendo que se enseñe la verdad sobre la crisis climática en las aulas. Su nuevo libro se titula “Miseducation: How Climate Change Is Taught in America” (Deseducación: Cómo se enseña cambio climático en EE.UU.) “Las empresas de combustibles fósiles tienen una larga historia de estrategias para hacer llegar su mensaje a las niñas y niños, porque eso determinará lo que las generaciones futuras pensarán sobre su industria y cómo la regularán”, dice Worth.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Katie Worth.