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Con el nuevo Gobierno talibán, Afganistán se encamina en los siguientes meses a una catástrofe humanitaria, dado que tanto Estados Unidos como otros donantes suspendieron la ayuda financiera. La ONU advierte que casi 23 millones de personas de Afganistán, es decir, más de la mitad de la población del país, podrían enfrentar una fatal escasez de alimentos y que casi nueve millones de personas están al borde de la hambruna. Además, la población enfrenta la falta de una atención médica adecuada, el desempleo y la escasez de viviendas. “Para las organizaciones de cooperación internacional se trata simplemente de un país más […] donde toman fotografías y hacen con ellas sus carreras”, dice Pashtana Durrani, activista y directora ejecutiva de la organización educativa sin fines de lucro LEARN Afganistán. “Para mí, es mi país, y la gente se está muriendo de hambre”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Pashtana Durrani.