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El despliegue militar aéreo ha tenido un lugar central en las guerras de Estados Unidos en Afganistán, Siria, Irak y otros lugares. Las autoridades han promocionado esta estrategia de guerra, afirmando que los drones y otras armas sofisticadas permiten al ejército estadounidense realizar ataques aéreos con mayor precisión y así proteger a la población civil atrapada en zonas de guerra. Sin embargo, una importante investigación del periódico The New York Times revela que los ataques aéreos del ejército estadounidense estuvieron plagados de mala información de inteligencia, objetivos imprecisos y falta de rendición de cuentas por miles de muertes de civiles, muchas de ellas de niños y niñas. La investigación, publicada en dos partes, fue realizada por la periodista Azmat Khan en base a valiosos documentos internos del Pentágono, así como informes desde el territorio de decenas de sitios de ataques aéreos y entrevistas con una gran cantidad de sobrevivientes. “Lo que vemos es que la escala de civiles muertos y heridos es muy diferente de lo que se afirma”, dice Khan, quien dedicó cinco años a esta investigación.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Azmat Khan.