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En Texas, millones de personas quedaron sumidas en la oscuridad y expuestas a las bajas temperaturas a causa del desborde de la red eléctrica de por una fuerte tormenta invernal. Más de doce millones de personas enfrentan alteraciones en el suministro de agua y se ven obligadas a hervir el agua de red antes de consumirla. En algunas partes del estado el suministro de agua corriente está totalmente interrumpido. Además, las tormentas han interrumpido puntos clave de las cadenas de distribución alimenticia, por lo que el estado se está quedando sin comida. Miembros destacados del Partido Republicano, entre ellos el gobernador de Texas Greg Abbott, engañosamente atribuyeron los apagones en el estado a las fuentes de energía renovable y alertaron contra un cambio a ese tipo de energía. Sin embargo, desde el propio departamento de energía del estado informaron que los cortes se debían principalmente a congelamientos en instalaciones nucleares, de gas natural y de carbón. A pesar de la crisis, dirigentes estatales sostienen que no integrarán la red eléctrica de Texas con las del resto del país. “El impacto de esta tormenta va más allá de cortes de energía e inconvenientes”, afirma Robert Bullard, profesor de la Universidad del Sur de Texas, y advierte que los otros costos vinculados con la crisis afectarán en mayor medida a la población negra y latina. “Es una inequidad que se suma a otra inequidad”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Robert Bullard.
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