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En el marco de las tormentas de invierno que arrasaron Texas, gran parte de la población carcelaria del estado estuvo varios días sin calefacción ni agua, situación que hizo que condiciones de vida ya nefastas resulten aún más intolerables para miles de personas presas. Las autoridades afirman que 33 instalaciones penitenciarias del estado se quedaron sin electricidad y veinte tuvieron escasez de agua por las fallas en la red estatal de suministro eléctrico. La escasez de personal agravó los problemas y algunas personas presas denunciaron que no recibieron mantas para abrigarse en sus celdas heladas y que se les sirvió comida en mal estado. “Las condiciones de vida en las cárceles de Texas pasaron de malas a espantosas”, dice Keri Blakinger, periodista del Proyecto Marshall. “Las cárceles realmente no tenían, para atravesar esta situación, la infraestructura que mucha gente tiene en el mundo libre”, señala.
Para ampliar esta información vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Keri Blakinger.