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China enfrenta una condena generalizada tras un informe de la BBC sobre las violaciones sistemáticas y la tortura sexual a mujeres uigures y otras personas musulmanas detenidas en la provincia de Xinjiang. Las mujeres que hablaron con la BBC hablaron de violaciones en grupo, tortura sexual rutinaria con picana eléctrica, esterilizaciones forzadas y hombres externos a los campos de detención que pagaban para tener acceso a las detenidas. China rechazó el informe por considerar que no tiene “base fáctica alguna” y afirmó que la detención masiva de minorías musulmanas es parte de un programa de “capacitación vocacional” para contrarrestar el extremismo. Por su parte, el medio The Intercept obtuvo una enorme base de datos de vigilancia policial utilizada por el gobierno chino para monitorear a los habitantes de Xinjiang. Esto confirma que China recopila millones de mensajes de texto, contactos telefónicos y registros de llamadas, así como datos biométricos de las minorías musulmanas que viven en Xinjiang. La información obtenida se utiliza para decidir a quién detener. Hablamos con Abduweli Ayup, lingüista y poeta uigur que estuvo detenido durante 15 meses por dirigir un jardín de infantes en idioma uigur en Xinjiang. Afirma que fue violado, torturado con descargas eléctricas y sometido a prácticas humillantes durante su detención. “Lo que está pasando allí es inhumano y el pueblo uigur es perseguido por su religión y por su cultura”, afirma. También hablamos con el antropólogo Darren Byler, autor de dos libros de próxima publicación sobre el trato que se da a la gente uigur en China y las tecnologías de reeducación.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Abduweli Ayup y Darren Byler.