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El gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, firmó un vasto proyecto de ley electoral que las organizaciones de derechos civiles critican duramente por considerarla la mayor restricción al ejercicio de los derechos electorales que se haya legislado desde el segregacionismo de la era Jim Crow. El proyecto de ley les otorga a los funcionarios del estado amplios poderes para limitar el control de la gestión electoral que ejercen las juntas electorales locales y de condados. Además, incorpora nuevos requisitos para la identificación de votantes, reduce severamente el número de buzones para el depósito de los votos por correo, rechaza los votos emitidos en distritos equivocados y permite que activistas conservadores cuestionen la aptitud de un número ilimitado de votantes. Desde la elección 2020, legisladores republicanos han presentado más de 250 proyectos de ley en 43 estados del país, destinados a limitar la participación electoral. Según la periodista Anoa Changa, el proyecto de ley electoral de Georgia es “extremadamente atroz” en su restricción de derechos electorales. “Continúan implementando procesos que refuerzan estas narrativas que […] existen hace mucho en el discurso republicano para hacer que sus bases teman lo que podría suceder si la comunidad negra y otras comunidades de color votan”.
Para ampliar esta información vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Anoa Changa.