Un mordaz informe publicado por el organismo de control interno de la Policía del Capitolio revela que había funcionarios que sabían que el Congreso era el objetivo de la letal insurrección del 6 de enero. Y que aún así se les ordenó a los oficiales abstenerse de implementar medidas más agresivas que podrían haber ayudado a “hacer retroceder a los alborotadores”. Por su parte, un informe del periódico The Washington Post señala que los incidentes vinculados al terrorismo doméstico en Estados Unidos aumentaron a un nivel récord en 2020, impulsados por el supremacismo blanco y el fundamentalismo antimusulmán y antigubernamental de la extrema derecha. El Washington Post da cuenta de 267 complots o ataques, los cuales provocaron 91 muertes, en los que estuvieron involucrados extremistas de derecha desde el año 2015. Hablamos del tema con el periodista A.C. Thompson, que explora la amenaza del extremismo de derecha en el documental “American Insurrection” del programa “Frontline” de PBS. Thompson dice que había un “enorme grupo de individuos radicalizados” previo al ataque del 6 de enero, a quienes “una abundancia de mentiras de parte del ex presidente y de todo el ecosistema de medios y redes sociales conspirativas de derecha” fue empujando hacia la violencia. También hablamos con el director del documental, Rick Rowley, quien sostiene que muchos grupos del supremacismo blanco se habían comenzado a escindir con las repercusiones negativas que tuvo la violencia en Charlottesville en 2017, pero que Trump les dio un nuevo impulso antes de la insurrección del 6 de enero. “Muchos elementos dentro del movimiento supremacista blanco encontraron en Trump un camino para popularizarse y ser parte de la cultura dominante”, dice Rowley. “Se quitaron las esvásticas y se envolvieron en la bandera”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con A.C. Thompson y Rick Rowley.