Estados Unidos impuso nuevas sanciones a Rusia y expulsó a diez diplomáticos rusos luego que el Gobierno de Biden acusara a Moscú de estar involucrado en importantes ciberataques. El Departamento del Tesoro afirmó que Rusia interfirió en las elecciones 2020 y participó del hackeo de la empresa SolarWinds, que comprometió los sistemas informáticos de nueve agencias de Gobierno de EE.UU. y de decenas de empresas privadas. Las sanciones apuntan a 32 entidades e individuos rusos y prohíben a los bancos estadounidenses comprar deuda del Gobierno ruso. Rusia prometió tomar represalias contra las nuevas sanciones y acusó al Gobierno de Biden de degradar las relaciones bilaterales. “El costado más peligroso es que esto introduce algo nuevo en las relaciones internacionales porque, más allá de cómo se lo esté describiendo, esto no fue un ataque a EE.UU.”, dice Anatol Lieven, investigador principal para Rusia y Europa del Instituto Quincy para el Ejercicio Responsable del Gobierno. “Nunca antes se habían impuesto sanciones por un caso de espionaje, por la sencilla razón de que todos los países, incluido Estados Unidos, hacen espionaje”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Anatol Lieven.