El presidente Biden viajó a Tulsa, Oklahoma, para conmemorar el centenario de la masacre racial de 1921, que constituye uno de los mayores actos de terrorismo racista de la historia de Estados Unidos. Durante un lapso de 18 horas, una turba blanca incendió el próspero distrito negro de Greenwood en Tulsa —conocido como la “Wall Street negra”— y mató a unas 300 personas afroestadounidenses. El profesor de la Universidad de Duke William Darity señala que es “muy impresionante” que un presidente estadounidense en funciones haya destacado el significado de la masacre racial de Tulsa y sus efectos persistentes. Pero también expresa su escepticismo respecto a si las propuestas económicas de Biden serán suficientes para cerrar la brecha étnica-racial que existe en la distribución de la riqueza. “Necesitamos algo mucho más potente y mucho más sustancial”, dice Darity. “Si quisiéramos lograr que la riqueza de la población negra sea proporcional al tamaño de la población negra, eso requeriría un gasto de al menos 11 billones de dólares”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con William Darity .