Titulares17 de agosto de 2021

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está defendiendo su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán. Biden habló el lunes desde la Casa Blanca, un día después de que los talibanes tomaran la capital afgana, la ciudad de Kabul.

Presidente Joe Biden: “La verdad es que todo ocurrió más rápido de lo que habíamos anticipado. ¿Qué pasó? Los líderes políticos de Afganistán se rindieron y huyeron del país. Las fuerzas armadas afganas se desmoronaron, a veces sin oponer resistencia. En todo caso, los acontecimientos de la semana pasada confirmaron que acabar con la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán en este momento fue la decisión correcta”.

Activistas en defensa de los derechos humanos están instando a Estados Unidos y otras naciones del mundo a que abran sus puertas a los miles de refugiados desesperados que intentan huir de Afganistán. La ganadora del Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, quien sobrevivió a un intento de asesinato por parte de los talibanes paquistaníes, habló el lunes.

Malala Yousafzai: “Creo que cada país tiene una función y una responsabilidad en este momento. Los países deben abrir sus fronteras para recibir a los refugiados afganos, a las personas desplazadas. Biden tiene mucho que hacer. El presidente Biden debe actuar con audacia para garantizar la protección del pueblo de Afganistán”.

Legisladores progresistas de Estados Unidos también se unieron a los llamados para recibir a los refugiados. La congresista Rashida Tlaib publicó en Twitter: “Si no empezamos a poner primero a la gente, más allá de su país de origen, esto seguirá sucediendo. Comencemos por abrir nuestro país para albergar a los refugiados que huyen de las consecuencias de nuestras acciones”. Mientras tanto, según se informa, el Gobierno de Estados Unidos planea mantener a unos 30.000 refugiados afganos en dos bases militares: Fort Bliss, en el estado de Texas, y Fort McCoy, en el estado de Wisconsin. En la actualidad, hay cientos de menores migrantes no acompañados detenidos en la base militar de Fort Bliss, que ha sido asociada con numerosas acusaciones de abuso y condiciones inseguras.

La tormenta tropical Grace golpeó Haití y República Dominicana durante la noche de lunes y provocó fuertes vientos y precipitaciones, solo dos días después de que un gran terremoto causara la muerte de más de 1.400 personas en Haití. El terremoto de magnitud 7,2 del sábado dejó unos 6.900 heridos, aunque se anticipa que la cifra aumentará. Los hospitales informan que están desbordados de sobrevivientes del terremoto y enfrentan una escasez de suministros médicos. En la ciudad de Les Cayes y la localidad de Jérémie, dos de las zonas más afectadas por el sismo, las carreteras siguieron sufriendo daños debido a réplicas y deslizamientos de tierra.

En Estados Unidos, haitianos y activistas en defensa de la justicia para los inmigrantes están denunciando al Gobierno de Biden por seguir llevando a cabo deportaciones de solicitantes de asilo haitianos, incluso después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio. La semana pasada, partieron del estado de Texas a Haití al menos dos vuelos en los que fueron deportados 130 solicitantes de asilo, incluidos menores de edad. En un comunicado, Guerline Jozef, cofundadora de la organización Haitian Bridge Alliance, dijo: “¿Cómo puede el Gobierno de Estados Unidos deportar a alguien a Haití en estas circunstancias? ¿Cómo tienen tan poca consideración por la vida de los haitianos que están deportando menores de edad y bebés en medio de este caos? Este es un claro ejemplo de la violencia externa que continúa profundizando la inestabilidad en Haití”.

El Gobierno de Biden aconsejará a casi todos los residentes de Estados Unidos que se den una dosis de refuerzo contra la COVID-19 ocho meses después de haber recibido las vacunas iniciales. Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron a los periodistas que el plan depende de la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, pero que podría anunciarse formalmente a partir de esta semana. Las autoridades sanitarias creen que las vacunas podrían brindar protección adicional contra la variante delta y otras variantes emergentes del coronavirus. No obstante, es probable que esta política profundice la brecha en la distribución mundial de las vacunas. De las 4.700 millones de vacunas distribuidas en todo el mundo, más del 80% se ha destinado a los países más ricos. La Organización Mundial de la Salud ha pedido una moratoria sobre las dosis de refuerzo hasta que al menos el 10% de la población de cada país haya terminado de vacunarse.

Aumenta la indignación después de que la empresa Johnson & Johnson enviara a la Unión Europea por lo menos 32 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 producidas en Sudáfrica. La empresa tiene planes de enviar otras diez millones de vacunas a Europa, incluso cuando el continente africano enfrenta su ola más mortífera de la pandemia hasta el momento. Una cláusula del contrato alcanzado entre Sudáfrica y Johnson & Johnson requiere que el país africano renuncie a su derecho de imponer restricciones a la exportación de vacunas producidas en el país. Solo una pequeña fracción de la población africana se ha vacunado contra la COVID-19. En comparación, casi dos tercios de la población de Alemania ha recibido al menos una dosis. En respuesta, la Alianza Vacuna del Pueblo declaró en un comunicado: “Esta es una prueba más de que el mundo no puede confiar en un puñado de compañías farmacéuticas para distribuir las vacunas de manera justa a nivel internacional”.

Los casos de coronavirus continúan aumentando en Estados Unidos, y las hospitalizaciones ahora están en niveles comparables a los picos que se registraron en el país entre junio y septiembre de 2020. En la actualidad, Estados Unidos detecta más de 140.000 nuevos contagios por día, y los estados de Florida, Hawái, Luisiana, Misisipi y Oregón registran las cifras de casos diarios de COVID-19 más altas desde el inicio de la pandemia. En el estado de Arkansas, la cifra de pacientes conectados a respiradores artificiales ha alcanzado una cifra récord, con más de 300 pacientes intubados. El personal médico de un hospital de la ciudad de Little Rock informa que se ven desbordados ante el aumento de pacientes de COVID-19.

Courtney Hovorka Holdcraft: “La verdad es que es muy difícil. Pasé un año entero sin llorar, y luego, bueno, hace un par de meses, salí del trabajo llorando debido a tantas muertes, dos muertes en un turno, de pacientes a quienes había atendido por un largo tiempo”.

La alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, anunció el lunes que todo el personal sanitario del Distrito de Columbia debe recibir al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 para fines de septiembre. El gobernador saliente de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció un requisito similar en su estado. En el estado de Florida, casi 5.600 estudiantes y más de 300 empleados de escuelas del condado de Hillsborough han dado positivo por COVID-19 o están actualmente en cuarentena. El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, ha prohibido que las escuelas y los Gobiernos locales exijan el uso obligatorio de mascarilla. En el estado de Tennessee, el gobernador republicano Bill Lee firmó el lunes una orden ejecutiva que permite que los padres o tutores legales de estudiantes menores de edad opten por no cumplir con el uso obligatorio de mascarilla en las escuelas. En el estado de Arizona, un juez del condado de Maricopa dictaminó el lunes que la prohibición del uso obligatorio de mascarilla impuesta por el gobernador republicano Doug Ducey aún no ha entrado en vigor. El fallo deja vigente el uso obligatorio de mascarilla en el distrito escolar de la ciudad de Phoenix hasta por lo menos el 29 de septiembre. Además, el lunes, el gobernador de Arizona ordenó a los Gobiernos locales que no establezcan sus propios requisitos de vacunación. El gobernador del estado de Indiana, Eric Holcomb, se distanció el lunes de los demás gobernadores republicanos y declaró que los distritos escolares que requieren el uso de mascarilla están “tomando una decisión sabia justificada por los hechos”.

El primer ministro de Malasia, Muhyiddin Yassin, dimitió el lunes en medio de una creciente indignación pública por la manera en la que su Gobierno abordó la crisis de la COVID-19. Malasia está atravesando su peor ola de la pandemia hasta el momento y registra un promedio de más de 20.000 casos diarios de coronavirus. Solo un tercio de la población malaya ha terminado de vacunarse.

A su vez, las autoridades iraníes han impuesto un confinamiento de seis días en todo el país para combatir su peor aumento de casos desde el inicio de la pandemia. Irán registró el lunes un número récord de más de 650 muertes por COVID-19. En la ciudad de Teherán, los residentes informaron que el confinamiento no se estaba implementando de manera estricta.

Residente de Teherán: “Cuando se impone un confinamiento, muchas personas siguen yendo a trabajar. Van y vienen. Se habla de confinamiento, pero todo sigue funcionando como siempre, y los restaurantes y las empresas no han interrumpido sus actividades”.

En noticias sobre inmigración, el Gobierno de Biden apeló la orden de un juez federal del estado de Texas para restablecer el controvertido programa “Permanecer en México” del Gobierno de Trump. En su decisión, el juez designado por Trump Matthew Kacsmaryk dictaminó que el Gobierno de Biden “no consideró varios de los principales beneficios” de la política de 2019, conocida formalmente como los Protocolos de Protección a Migrantes. El programa obligó a unos 68.000 solicitantes de asilo a aguardar en México, a menudo en condiciones extremadamente peligrosas, mientras sus casos eran analizados en los tribunales de Estados Unidos. Muchos solicitantes de asilo denunciaron haber sufrido secuestros y padecido una violencia brutal mientras esperaban en México. El Gobierno de Biden finalizó oficialmente el programa en junio.

El Gobierno de Estados Unidos ha declarado oficialmente una escasez de agua en el río Colorado por primera vez en la historia, por lo que se ordenó la reducción obligatoria del consumo de agua en todos los estados del suroeste. Esto se produce al tiempo que el lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos, alimentado por el río Colorado, descendió a niveles récord de tan solo 32% en medio de una sequía sin precedentes. Estas fueron las palabras expresadas por Tanya Trujillo, subsecretaria de Agua y Ciencia del Departamento del Interior de Estados Unidos.

Tanya Trujillo: “No hay duda de que el cambio climático es real. Lo estamos viviendo todos los días en la cuenca del río Colorado y en otras cuencas del oeste [de Estados Unidos]”.

En el norte del estado de Minesota continúa la resistencia a la construcción del oleoducto de arenas bituminosas Línea 3 de la empresa Enbridge. El lunes, cuatro defensores del agua encadenaron sus brazos y se sujetaron a maquinaria para interrumpir las operaciones de construcción de un oleoducto cerca de la localidad de Hay Creek. Su protesta fue similar a varias de las acciones directas que se llevaron a cabo la semana pasada.

Defensor del agua 1: “Este oleoducto y todos los que son similares constituyen violaciones a los derechos indígenas y un ataque a nuestro futuro colectivo en un mundo donde se agrava la crisis del cambio climático”.

Defensor del agua 2: “Estoy aquí para apoyar a los pueblos indígenas y su soberanía, para proteger su tierra contra las grandes industrias petroleras que están empeñadas en destruir la tierra, arrebatársela a la gente y obtener ganancias. ¡Que Enbridge se vaya a la m*****!”.

Defensor del agua 3: “Participo en esta protesta para apoyar la resistencia indígena, detener la Línea 3 y respaldar esta increíble movilización liderada por el pueblo indígena. Lo hago por las generaciones futuras. Lo hago porque algún día quiero tener familia en este mundo. Y el cambio climático es una cuestión muy urgente. No podemos esperar a que los políticos, que nos fallan, se hagan cargo. Tenemos que actuar”.

Más de 700 defensores del agua que se manifestaban contra la Línea 3 han sido arrestados hasta la fecha. Si se completa su construcción, el oleoducto transportará diariamente más de 750.000 barriles de petróleo de arenas bituminosas provenientes de Canadá a través de territorios indígenas y ecosistemas frágiles. El oleoducto Línea 3 cuenta con el respaldo del Gobierno de Biden.