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Aumenta la tensión entre la policía canadiense y las comunidades indígenas que vienen protestando hace meses contra la tala de árboles en los bosques centenarios de la isla de Vancouver. Esta resistencia —que empezó hace dos años liderada por activistas ambientales y miembros de pueblos indígenas— es considerada el mayor acto de desobediencia civil de Canadá. Si bien las autoridades canadienses detuvieron a casi mil personas en Fairy Creek, Columbia Británica, no parece que las acciones de protesta vayan a detenerse. “Tenemos una larga historia de reivindicarnos como pueblos costeros y nuestros derechos naturales están basados no solo en la relación que tenemos con nuestras comunidades, sino en nuestros sistemas legales y la relación que tenemos con la tierra”, dice Kati George-Jim, miembro de los pueblos salish de la costa y nuu-chah-nulth que se sumó al bloqueo en septiembre de 2020 y fue detenida en numerosas ocasiones. “La policía no tiene jurisdicción y las empresas no tienen jurisdicción en tierras robadas”, afirma. También hablamos con el abogado Noah Ross que dice que la policía hizo un uso excesivo de la violencia para desarticular las protestas. “Hubo muchos, muchos casos en que la represión se dirigió específicamente a personas de color”, dice Ross.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Kati George-Jim y Noah Ross.