El Gobierno de Biden condena la invasión rusa a una Ucrania soberana e independiente, pero, al mismo tiempo, se niega a reconocer o a apoyar la soberanía del Sahara Occidental ocupado por Marruecos desde 1975. Distintas organizaciones de derechos humanos han documentado la brutal represión a activistas independentistas y a la población indígena de la región, el pueblo saharaui. La diferencia de enfoque con que EE.UU. aborda la situación en ambos países revela la hipocresía y la discriminación de Occidente cuando se trata de países cuya población no es blanca, cristiana ni europea, afirma Stephen Zunes, profesor de política y estudios internacionales en la Universidad de San Francisco. Zunes agrega que la política estadounidense respecto del Sahara Occidental fortalece a Putin y sus reclamos sobre Ucrania, dado que demuestra que Estados Unidos no se opone por principios a una expansión territorial ilegal. “Cuando Biden dice que Rusia no tiene derecho a cambiar unilateralmente las fronteras internacionales, que los países no pueden ampliar su territorio por la fuerza, ciertamente tiene razón. Pero parece pensar que eso sí está bien si lo hace un aliado de Estados Unidos como Marruecos”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Stephen Zunes.