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Estados Unidos ha alcanzado un récord de arrestos en su frontera con México, donde más de 1 millón de solicitantes de asilo fueron detenidos solo en los últimos seis meses. Hablamos con la abogada especialista en inmigración Erika Pinheiro sobre el trato desigual que da el Gobierno de Biden a las personas inmigrantes según su nacionalidad. Mucha gente que llega como refugiada de países como Haití, Cuba y Camerún enfrenta severas restricciones al solicitar asilo, mientras que los refugiados ucranianos parecen estar recibiendo un trato especial. Incluso se les estaría eximiendo de la aplicación del Título 42 del Código de Regulaciones Federales, que suspende el ingreso de solicitantes de asilo por la emergencia sanitaria. “Se supone que la solicitud de asilo es un estándar universal destinado a proteger a las personas que huyen de situaciones de violencia y persecución en cualquier país. Pero en la práctica, en Estados Unidos siempre se la ha utilizado como herramienta política para favorecer a quienes huyen de regímenes a los que el Gobierno estadounidense se opone”, dice Pinheiro.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González. Pasamos ahora a hablar de la frontera entre EE.UU. y México, donde la Patrulla Fronteriza ha arrestado a más de un millón de solicitantes de asilo en los últimos seis meses, una cifra récord en al menos 20 años. Un gran número de migrantes están huyendo de crisis económicas y políticas, de los horrores de la violencia, y de la emergencia climática y sus impactos en Haití, Cuba, Centro y Sur América, y África. Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero miles de refugiados ucranianos también han arribado a la frontera entre México y EE.UU. en busca de seguridad. Agentes fronterizos de EE.UU. han procesado las solicitudes de casi 10.000 ucranianos en los últimos dos meses, la mayoría en los pasos fronterizos. Cientos de ucranianos acamparon en la ciudad fronteriza de Tijuana, México, a principios de este mes, con la esperanza de ser admitidos en Estados Unidos.
VALENTINA SHYMANEVSKA: No podía… No podía llorar en Ucrania. No lloré en Ucrania en absoluto. Les doy gracias incluso por mis lágrimas. Les doy gracias por este lugar, por esta comida y por cumplir nuestro sueño de que [mi hijo] tenga una vida un poco más tranquila hasta la victoria. El día que logremos la victoria, ese mismo día, nos iremos a Ucrania.
DAVID MIRAMONTES: Poco a poco se va formando [el campamento], porque la verdad esto va para largo. Mientras la guerra continúe y siempre que no haya una conexión directa desde Europa a Estados Unidos para los ucranianos, continuarán llegando aquí a Tijuana. Tendrán que depender de la caridad y la generosidad del pueblo de Tijuana.
AMY GOODMAN: Además del campamento en la frontera, muchos refugiados ucranianos también se están alojando en un albergue en Tijuana.
YEVHEN SHYSHKIN: Estoy realmente sorprendido por la forma en que nos han estado ayudando aquí. Las condiciones en el albergue son perfectas. Lo que más me impresiona es cómo los mexicanos y los estadounidenses están tratando de ayudarnos y cómo todo el mundo quiere ofrecernos ayuda de alguna manera.
AMY GOODMAN: Activistas en defensa de los migrantes han celebrado los esfuerzos para procesar el ingreso de refugiados ucranianos en la frontera, pero condenan la hipocresía del Gobierno estadounidense que maltrata y criminaliza a solicitantes de asilo negros, indígenas y de otros grupos que no provienen de países europeos blancos. Muchas personas han esperado meses, incluso años, para poder tramitar su solicitud de asilo en los pazos fronterizos de EE.UU., y son forzadas a esperar en México a menudo en condiciones muy peligrosas. Este es un solicitante de asilo hondureño en un albergue en Tijuana, México.
AUGUSTO MARTÍNEZ: [Los ucranianos] tienen una guerra. En Centroamérica tenemos algo peor que la guerra. Ellos han tenido una guerra desde febrero hasta ahora. Nosotros hemos tenido una guerra con estas pandillas criminales, ya saben a que me refiero, desde hace 15 o 20 años. Y al final la guerra es la misma. Las balas que matan a esa gente, son las mismas que nos matan a nosotros. ¿Por qué están tratando así a los solicitantes de asilo hispanos? Son capaces de admitir a todas las personas ucranianas en EE.UU., pero no aceptan a las personas hispanas.
AMY GOODMAN: Para hablar sobre el tema nos acompaña Erika Pinheiro, abogada de inmigración en Tijuana, México, y directora legal y de políticas de Al Otro Lado, una organización binacional sin fines de lucro que ayuda a los solicitantes de asilo a ambos lados de la frontera entre EE.UU. y México. Ella misma fue puesta en el punto de mira por el Gobierno de Trump, el cual la monitoreó y vigiló. Erika, ¿puede hablar de este doble estándar y cómo se ve aplicado en Tijuana, donde usted se encuentra? No estamos hablando de los ucranianos que están llegando en avión a EE.UU. y que se enfrentan a todo tipo de burocracia. Los ucranianos también están llegando a la frontera sur, pero se les permite entrar.
ERIKA PINHEIRO: Sí. Hola. Hemos visto el ingreso de miles de ucranianos a través de Tijuana. Sus viajes a México están financiados en su mayoría por familias y grupos religiosos de Estados Unidos que les ayudan a volar desde Europa a Ciudad de México o a Cancún, para luego dirigirse a Tijuana. Hay grupos de voluntarios que los esperan en el aeropuerto y les consiguen un número en una lista en coordinación con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. Dicha agencia está procesando hasta mil ucranianos por día, en un pazo fronterizo donde las mismas autoridades afirmaron, durante los últimos años, que no tenían capacidad para procesar siquiera 30 solicitudes por día de personas de otras nacionalidades. El Gobierno de Tijuana también ha proporcionado una enorme cantidad de recursos a los migrantes ucranianos e incluso les ha ofrecido un albergue financiado por la ciudad, en el cual tienen comida, refugio, ropa de cama y todo tipo de servicios a su disposición, esto ocurre solo meses después del violento desalojo de un campamento de solicitantes de asilo negros e indígenas que habían acampado en la frontera durante más de un año, a la espera de poder procesar sus solicitudes. Muchos de estos últimos han terminado desamparados en las calles de Tijuana.
JUAN GONZÁLEZ: Erika, estos informes son sorprendentes. Hay reportes sobre una fila especial que se habilitó en el paso fronterizo en Tijuana, solo para ucranianos, similar a las filas de acceso prioritario en los puntos de control de seguridad de los aeropuertos de EE.UU. ¿Es eso cierto?
ERIKA PINHEIRO: Eso es correcto. Parte de este paso fronterizo se cerró al implementarse la orden del Título 42 que restringe el ingreso de migrantes por la pandemia de COVID-19, la cual se puso en efecto en marzo de 2020. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza reabrió esta sección del paso fronterizo para dedicarla exclusivamente a procesar el ingreso humanitario de migrantes ucranianos. Ya mencioné que hay grupos religiosos que están transportando hasta mil personas ucranianas cada día a la frontera y que la Oficina de Aduanas tramita su ingreso muy ordenadamente. Así que esto nos muestra que las autoridades fronterizas sí tienen la capacidad de tramitar humanamente el ingreso de miles de solicitantes de asilo, siempre que tengan la voluntad política para hacerlo.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Cómo afecta esto a los otros grupos que esperan? Por ejemplo, ¿los migrantes de Honduras y Guatemala? Parece que se han procesado las solicitudes de asilo de más ucranianos en unas pocas semanas que las solicitudes de asilo de migrantes salvadoreños y hondureños. aprobadas en todo un año. Esto a pesar de que, por décadas, El Salvador y Honduras han tenido una de las tasas más altas de homicidios del mundo. ¿Cuál es el impacto en las personas que están a la espera y que ven esto?
ERIKA PINHEIRO: Bueno, puedo decir por mi parte y también en nombre de muchos de los migrantes con los que trabajamos, que todos queremos apoyar a los ucranianos. Por supuesto que la guerra de la que están huyendo es horrible. Pero la forma en que los están tratando en la frontera es la forma en que todas las personas deberían ser tratadas. Las personas migrantes que han estado esperando durante años en condiciones deplorables, muchas de las cuales han sido víctimas de violaciones, intentos de secuestro, asaltos, mientras esperaban en estas peligrosas ciudades fronterizas mexicanas, están, por supuesto, dolidas y enojadas al ver que las solicitudes asilo de los ucranianos está siendo procesado a este ritmo, mientras los demás se quedan esperando. Pero en realidad es peor que eso. Personas de Ucrania e incluso de Rusia están llegando a la frontera, en particular a Tijuana, y si bien otros solicitantes de asilo podían llegar antes a la frontera y pedir protección, aunque, por supuesto, fueran rechazados, desde que esos ucranianos y rusos están llegando a Tijuana los agentes de inmigración mexicanos están apostados en una furgoneta en la frontera, y si un hondureño intenta acercarse a los agentes fronterizos será arrestado y enviado a una cárcel de inmigración mexicana tan por solo querer buscar seguridad en EE.UU.
AMY GOODMAN: Erika, el medio Axios informó que varios de los asesores del presidente Biden han planteado que se retrase la derogación de la política fronteriza del Título 42, programada para expirar el 23 de mayo. Recordemos que esa orden la implementó el Gobierno de Trump por la pandemia y restringe el ingreso de migrantes a EE.UU. por motivos de salud pública. Estas restricciones se suspendieron para los ucranianos. ¿Puede hablar de la cantidad de demócratas y republicanos que han estado exigiendo que Biden reimponga o extienda dicha política del Título 42 y lo que eso significa, así como del doble estándar de la aplicación de esas medidas a los demás migrantes pero no a los ucranianos?
ERIKA PINHEIRO: En realidad, parte del problema es la forma en que la prensa ha estado hablando de la derogación de la orden del Título 42. He visto muchos reportajes que catalogaban a los migrantes, que han estado esperando pacientemente a la reapertura de los pasos fronterizos, como una “oleada” o “avalancha”. He visto que se ha descrito la derogación de la orden del Título 42 como una “crisis”. El Departamento de Seguridad Nacional, estima que aproximadamente 25.000 solicitantes de asilo están esperando en la frontera para que se derogue esa orden. Hay que tener en cuenta que en las últimas semanas las autoridades fronterizas de EE.UU. han procesado el ingreso de más de 10.000 ucranianos. Así que, de nuevo, EE.UU. tiene la capacidad y la capacidad de procesar fácilmente las solicitudes de asilo de quienes están esperando en la frontera, de una manera ordenada y humana, cuando tienen la voluntad política. Por supuesto, la única diferencia es que quienes esperan son en su mayoría personas negras e indígenas y otros solicitantes de asilo que no son europeos blancos. Creo que de verdad tenemos que empezar a cambiar la forma en que nos referimos a los migrantes que continúan a la espera. Creo que esa es una gran parte del problema. Ver esa retórica en los medios de comunicación y a los congresistas que la repiten, quienes, francamente, deberían ser más conscientes, es muy decepcionante y es algo que realmente deshumaniza a las personas que han estado esperando pacientemente la reapertura de la frontera.
JUAN GONZÁLEZ: Parece que no solo hay un claro contexto racial alrededor de esta política fronteriza, sino también un contexto político o de política exterior. Según lo que entiendo, en el último año ha habido un aumento significativo en el número de cubanos que cruzan a Estados Unidos a través de la frontera con México y obtienen asilo. Por ejemplo, durante el periodo de las luchas [de los 80] en Centroamérica, los nicaragüenses que huían del régimen sandinista obtuvieron un número mucho mayor de permisos de asilo en EE.UU. que los salvadoreños o guatemaltecos. ¿Qué piensa sobre el hecho de que, prácticamente, EE.UU. se incline a favor de otorgar asilo a los refugiados procedentes de aquellos países a los que apoya políticamente?
ERIKA PINHEIRO: Ese siempre ha sido el caso con el asilo. Se supone que el asilo es una estándar universal para proteger a las personas que huyen de la persecución de cualquier país, pero en la práctica siempre ha sido una herramienta política que EE.UU. ha usado para favorecer a quienes huyen de regímenes a los que el Gobierno de EE.UU. se opone. Ahora bien, con los ucranianos sucede algo muy interesante. EE.UU. no concede asilo a quienes huyen de las condiciones generales de un país. Normalmente, si fuera ucraniana, yo no podría obtener asilo solo porque mi país está en guerra. Así que la mayoría de estos solicitantes de asilo, los 10.000 ucranianos que han podido tramitar su solicitud, probablemente no calificarían para recibir asilo según las leyes de EE.UU. Pero hay muchas otras personas a quienes les niegan su solicitud, incluidas personas rusas que huyen del mismo conflicto. He hablado con docenas de rusos aquí en Tijuana, que protestaron por la guerra contra Ucrania y han sido reprimidos brutalmente por el régimen de Putin. Estas personas huyen del mismo problema, y han sido rechazadas en los pasos fronterizos y ahora están esperando en Tijuana. Dichas personas sí calificarían para un asilo según la ley en EE.UU., pero están siendo rechazadas en el marco de la política del Título 42. Entonces, creo que aquí suceden dos cosas. Una es que a ciertas nacionalidades se les permite incluso acceder a programas humanitarios de protección en EE.UU., mientras que otras están siendo rechazadas. Y una vez en Estados Unidos, que obtengan o no el asilo es una cuestión política en lugar de una legal.
AMY GOODMAN: Y, por supuesto, el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, nació en Cuba, es un refugiado cubano en Estados Unidos. ¿Podría hablar sobre el hecho de que a los ucranianos se les ha dado refugio en instalaciones bajo techo, mientras que otros, como haitianos y centroamericanos han tenido que dormir en las calles o en campamentos improvisados cerca de los pasos fronterizos? Y, finalmente, Erika, una pregunta personal sobre el tipo de trabajo que usted realiza. La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles demandó en nombre suyo al Gobierno de Trump, ya que usted fue objeto de persecución por parte de dicho Gobierno, el cual monitoreaba y vigilaba su trabajo en defensa de los inmigrantes. ¿Existe alguna diferencia bajo el Gobierno de Biden?
ERIKA PINHEIRO: He visto indicios, señales muy claras de que la vigilancia de mi trabajo continúa durante el Gobierno de Biden. Desde luego no en la misma medida en que sucedía durante la presidencia de Trump, cuando el Gobierno de EE.UU. solicitó mi arresto en México y posterior remoción del país. Ahora estoy en una posición muy diferente, en la cual tenemos más una relación entre dos partes interesadas con el Gobierno de Biden. Pero, con respecto a la situación en este momento, puedo decir que si yo hubiera hecho entonces, o incluso si yo hiciera hoy por una persona migrante centroamericana lo que están haciendo muchos ucranianos-estadounidenses u otra gente por los ucranianos, yo estaría en una prisión federal. Y le daré un ejemplo. Estos viajes, como mencioné, están siendo financiados por ciudadanos estadounidenses. En muchos casos, ciudadanos de EE.UU. recogen a refugiados ucranianos en sus carros y los llevan ante las autoridades fronterizas. Estoy absolutamente convencida de que debemos hacer todo lo posible para ayudar a las personas que huyen de una violencia inefable, incluidos los ucranianos. No creo que haya nada de malo en hacerlo. Pero reitero, si yo hubiera hecho lo mismo, o si yo hiciera eso ahora por un migrante haitiano, si lo recogiera en mi carro y lo llevara como si nada a la frontera, me meterían en prisión por tráfico de personas. Ese doble rasero hace que quienes ayudan a migrantes blancos obtienen acceso irrestricto a los pasos fronterizos, y pueden procesar sus solicitudes a un ritmo de miles por día, mientras que quienes nos tratamos de organizar para ayudar a migrantes de color somos perseguidos por las mismas actividades. Eso, para ser honesta, es realmente doloroso, Y es de verdad increíble ver que eso suceda de esta forma.
AMY GOODMAN: Erika Pinheiro, muchas gracias por acompañarnos, abogada de inmigración y directora legal y de políticas de Al Otro Lado, una organización binacional sin fines de lucro que ayuda a inmigrantes a ambos lados de la frontera entre EE.UU. y México. Nos acompañó desde Tijuana. A continuación, en una semana, Texas planea ejecutar a Melissa Lucio. Ella sería la primera latina en ser condenada a muerte en Texas. Hablamos con el abogado de la organización Innocence Project que está luchando para salvar su vida. Quédese con nosotros.