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La Convención Constitucional de Chile hizo historia al presentar el borrador de la primera constitución escrita democráticamente para reemplazar la que se aprobó durante el régimen del dictador neoliberal Augusto Pinochet, que gobernó con el respaldo de Estados Unidos. Se espera que la nueva Constitución consagre una amplia gama de derechos humanos y políticas sociales, entre ellas el acceso universal y gratuito a la atención médica y a la educación superior, los derechos reproductivos, así como políticas más sólidas para el respeto de medio ambiente y para promover la equidad de género y racial. Además, el borrador reconoce, por primera vez, a los pueblos indígenas de Chile y ofrece la restitución de tierras ancestrales. Sin embargo, no contempla medidas para nacionalizar parte de la industria minera del país. “[La reforma constitucional] ha sido una demanda de los movimientos sociales y de la sociedad civil en Chile durante décadas”, dice Pablo Abufom, miembro de la organización chilena Solidaridad.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Pablo Abufom.