El viernes 15 de julio, el presidente Biden se reunió con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman. Durante la visita del presidente estadounidense, el reino saudí aceptó aumentar su producción de petróleo y abrir su espacio aéreo a los vuelos comerciales israelíes. Biden sostuvo ante la prensa que había le había dicho al príncipe heredero que lo responsabilizaba por el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi, que era residente estadounidense. Sin embargo, un alto funcionario saudí luego contradijo las afirmaciones de Biden. Hablamos con Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de la organización Democracy for the Arab World Now, quien dice que el amistoso golpe de puño de Biden con el príncipe heredero será el “legado del presidente Biden como un hombre que rompió sus promesas” de responsabilizar a Arabia Saudita por sus actos. Además, sostiene que el mensaje que esto envía a otros países ricos productores de petróleo es preocupante. Whitson también pide a las autoridades de Emiratos Árabes Unidos que garanticen el “debido proceso” del abogado de derechos civiles Asim Ghafoor, quien representó a Khashoggi. Ghafoor fue detenido en el aeropuerto de Dubái y sentenciado a tres años de prisión por cargos de fraude, delito que niega haber cometido.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Sarah Leah Whitson.