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El 18 de agosto, las fuerzas israelíes allanaron y clausuraron las oficinas de siete organizaciones palestinas de derechos de la sociedad civil ubicadas en Cisjordania, zona ocupada por Israel. El año pasado, las autoridades israelíes habían calificado de terroristas a seis de esas organizaciones. La incursión se produjo justo cuando Naciones Unidas repudió a Israel por matar a diecinueve menores palestinos en las últimas semanas, así como cien días después de que las fuerzas israelíes mataran a la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh mientras cubría una incursión militar israelí en el campamento de refugiados de Jenin. Conversamos con Sahar Francis y Brad Parker, miembros de dos de las organizaciones de derechos humanos allanadas. Parker, asesor de políticas y promoción de la organización Defensa de Niñas y Niños Internacional en Palestina, relata que cien soldados israelíes se concentraron frente al edificio de su organización y, luego, decenas de ellos irrumpieron en las oficinas, confiscaron artículos y documentos, precintaron el edificio y dejaron notificaciones en las que declaraban ilegal la organización. Parker dice que esta acción “es parte de una campaña que lleva años y está destinada a deslegitimar y, básicamente, criminalizar el trabajo que hacemos de dar a conocer las graves violaciones que cometen las autoridades israelíes contra la población palestina”. En Ramallah, Sahar Francis, de la organización de derechos humanos Addameer, dice que el ataque tiene como objetivo silenciarlos.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Sahar Francis y Brad Parker.