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Las condiciones de seguridad en la planta nuclear ucraniana de Zaporizhzhia, ocupada por Rusia, están “completamente fuera de control”, según la Agencia Internacional de Energía Atómica. En las últimas semanas, el ejército ruso ha desplegado artillería pesada y ha plantado minas antipersonas en el predio. “Las plantas nucleares son extremadamente vulnerables a los ataques externos en un contexto de guerra”, afirma Shaun Burnie, especialista nuclear de Greenpeace, quien dice que algo tan simple como la interrupción del suministro de energía podría desencadenar “liberaciones masivas de radioactividad” en proporciones mucho mayores al desastre nuclear ocurrido de Chernóbil en 1986.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Shaun Burnie.
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