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El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró unilateralmente un alto el fuego de 36 horas en sus combates con Ucrania por la Navidad ortodoxa rusa, que se celebra el 7 de enero. El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky rechazó esta iniciativa de Putin alegando que Rusia quiere usar la Navidad como pretexto para detener los avances ucranianos en la región del Dombás, ocupada por Rusia. El mes pasado, unos 1.000 líderes religiosos estadounidenses firmaron una carta abierta en la que pedían un alto el fuego durante las fiestas, tomando como inspiración la tregua navideña que se logró en 1914 durante la Primera Guerra Mundial. En su declaración, argumentan que una pausa en los combates podría abrir un espacio para negociaciones que permitan poner fin al conflicto de manera pacífica. Emitimos una homilía pronunciada recientemente por el obispo William Barber, uno de los firmantes de la carta abierta, en la que explica la necesidad de una tregua navideña. “Necesitamos un alto el fuego para interrumpir esta locura de la guerra”, dijo Barber. “Un alto el fuego no significa que ambas partes sean igualmente culpables de iniciar la guerra, pero puede tener el impacto de detener la matanza masiva de ambos lados”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la homilía de William Barber.