En momentos que la crisis humanitaria empeora en Gaza, un médico cuenta que los hospitales se ven obligados a decidir a quién salvar y a quién dejar morir

Reportaje31 de octubre de 2023

En momentos en que el ejército de Israel ingresa en Gaza con tanques israelíes y otras fuerzas de invasión terrestre, nos comunicamos con un médico que se encuentra dentro del territorio sitiado. El Dr. Hammam Alloh trabaja en el Hospital Al-Shifa, el más grande de la zona, en el que decenas de miles de personas han buscado refugio para escapar del intenso bombardeo de Israel. Alloh cuenta que en estos momentos se ven obligados a tomar decisiones desgarradoras acerca del uso de los pocos suministros de los que disponen, como no resucitar a una paciente que sufrió un paro cardíaco por no tener suficientes respiradores. Si bien el Gobierno israelí está exigiendo la evacuación de toda la zona y el desplazamiento de la gente hacia el sur, Alloh mantiene la firme voluntad de permanecer en el hospital. “¿Acaso creen que pasé 14 años de mi vida estudiando la carrera de medicina y varios posgrados para poner mi vida por encima de mis pacientes?”, dice. “No me hice médico para eso”.

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Transcripción
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AMY GOODMAN: Altos funcionarios de la ONU están expresando su creciente preocupación por la crisis humanitaria en Gaza a medida que los últimos hospitales que siguen activos en el enclave están a punto de tener que cerrar debido a la falta de combustible y al tiempo que Israel intensifica su invasión terrestre mientras desoye los llamados de un alto el fuego humanitario. Los funcionarios de salud palestinos dicen que los ataques de Israel han matado más de 8.500 personas, en su mayoría mujeres y niños, en los últimos 26 días. La directora ejecutiva de UNICEF dijo: “La falta de agua potable y de saneamiento seguro está a punto de convertirse en una catástrofe”. Philippe Lazzarini, director de UNRWA, la Agencia de la ONU para la población refugiada de Palestina, reiteró su pedido de un alto el fuego humanitario inmediato, el cual, en sus palabras, “ha pasado a ser una cuestión de vida o muerte para millones de personas”.

PHILIPPE LAZZARINI: El actual asedio impuesto sobre Gaza es un castigo colectivo. Dos semanas de asedio total, seguidas de la ayuda a cuentagotas de la semana pasada, significa que los servicios básicos se están desmoronando, las medicinas se están acabando, la comida y el agua se están acabando, el combustible se está acabando. Las calles de Gaza han comenzado a inundarse de aguas residuales, lo que muy pronto causará un enorme riesgo para la salud.

AMY GOODMAN: El lunes, en el norte de Gaza, Israel atacó áreas aledañas al Hospital Indonesio, donde, según el Dr. Moaeen al-Masry, el personal tiene dificultades para tratar a los pacientes.

DR. MOAEEN AL-MASRY: Se ha causado daño a más de un área en esta unidad. Y ese daño ha provocado de manera directa la pérdida de la conexión eléctrica en esta unidad. Como saben, esto significa que no hay electricidad para los pacientes y los heridos que están aquí, lo que amenaza directamente sus vidas y podría conducir a la muerte de muchos de estos pacientes. […] En unas pocas horas se cortará la energía debido a la cantidad limitada de combustible disponible en los generadores. Quedarnos sin combustible significa que se cortará la energía, lo que implica una muerte segura para muchos de los pacientes en la UCI, algunos de los cuales necesitan respiradores, así como pacientes en las salas quirúrgicas y pacientes en otras unidades, los cuales son alrededor de 240 o 250.

AMY GOODMAN: Pasamos ahora a la ciudad de Gaza, donde nos acompaña el Dr. Hammam Alloh, miembro del personal del Hospital Al-Shifa, el hospital más grande de Gaza.

Dr. Alloh, muchas gracias por estar con nosotros. Sé que acaba de salir del hospital hace unos minutos. Usted le dijo ayer a la revista Jewish Currents: “Tuve que detener la reanimación de una paciente que sufrió un paro cardíaco en la unidad de diálisis, porque, de haber vuelto en sí, no teníamos un respirador para ofrecerle. Tenemos que priorizar a los pacientes que son más jóvenes y sanos. Hemos perdido la capacidad de proporcionar un verdadero cuidado”. ¿Puede hablar de la situación ahora mismo en su hospital y en general?

DR. HAMMAM ALLOH: Hola. Gracias por contactarme.

Este no es un incidente que me gustaría seguir recordando, pero esto es… Lo que acaba de decir fue exactamente lo que me pasó. Como médicos, estamos capacitados para reanimar a los pacientes que sufren un paro cardíaco, con la esperanza de que puedan recuperar los signos vitales, y, por consiguiente, conectarlos a respiradores para ayudarlos a vivir de nuevo, a volver a la vida. Pero tuve que decirles al personal de enfermería y a mis colegas médicos que dejaran de hacer eso. Me preguntaron: “¿Por qué nos pides que dejemos de reanimar a los pacientes? Es como si nos pidieras que la matemos”. Yo les dije: “No tenemos mejores opciones. No tenemos otras opciones, porque en caso de que vuelva a la vida no tenemos respiradores para ofrecerle. Y si tenemos alguno, impediríamos que un paciente herido más joven y más saludable pueda gozar de ese beneficio, me refiero al respirador. Entonces, no sé si puede llegar a imaginarse el enorme pesar, la enorme tristeza que me invade desde que me pasó esto, pero lamento decir que no había mejores opciones qué tomar excepto detener ese proceso de reanimación.

Y si esto nos dice algo, es cómo las cosas están empeorando cada vez más. Hace una hora, más o menos, estaba hablando con un periodista, y él seguía preguntándome: “Usted me dijo una semana antes que las cosas estaban mal. ¿Y ahora están igual? Porque me está diciendo que las cosas están también muy mal ahora”. Yo le dije: “Sí, probablemente fue una respuesta muy extraña de mi parte, porque las cosas estaban realmente mal tras una o dos semanas de guerra, pero ahora se están poniendo sumamente peor”. Tenemos pacientes ingresados en unidades de urgencias donde no deberían ser admitidos, donde debería haber camas vacías para los recién llegados, para los nuevos pacientes. Tenemos pacientes en la unidad de diálisis. Como sabe, la unidad de diálisis es una unidad cerrada donde uno ofrece un servicio, y cuando uno termina de atender a sus pacientes se cierra la unidad. Pero ya no podemos hacer esto. Estamos permitiendo que la gente viva en la unidad. Además estamos admitiendo pacientes en necesidad de un tratamiento distinto de quienes requieren una diálisis.

Los pocos camiones a los que se les permitió entrar con ayuda para el pueblo de Gaza en realidad son casi nada en comparación con lo que necesitamos. Gran parte del contenido de estos camiones que pudieron entrar en Gaza incluía agua, guantes y gasas, y eso no es lo que necesitamos. Necesitamos dispositivos, medicamentos, cosas que son de gran ayuda y que son importantes para brindar atención médica real para las personas necesitadas. El número de pacientes heridos está aumentando. El número de personas con enfermedades médicas crónicas que necesitan un seguimiento y un tratamiento constantes, además de acceso a medicamentos, está aumentando. No tenemos la capacidad de proporcionar atención médica, aparte de tratar de que las personas no mueran. Esto es lo único que podemos hacer. Y no podemos proporcionar esta atención adecuadamente, porque estamos… nos estamos quedando sin medicamentos y suministros.

AMY GOODMAN: Dr. Hammam Alloh, usted ha dicho: “Todos los días veo el miedo en sus ojos y no puedo hacer mucho al respecto. Es muy doloroso. Si tienes hijos, sabes lo horrible que es no poder consolarlos, ni asegurarse de que estén bien, ni decirles que pueden esperar algo más allá de vivir un día más”. ¿Puede hablar sobre esa situación en su hospital, que, como ha dicho, no es solo un hospital para enfermos? Miles de personas se están refugiando en Al-Shifa y al-Quds y en los otros hospitales. Además, estamos conversando después de que usted acabó de irse de Al-Shifa. ¿Cómo consuela a su familia? ¿Qué sucede con su familia mientras usted está en el hospital?

DR. HAMMAM ALLOH: Les diré que al menos todavía tenemos una casa con una puerta para cerrar. Pero muchos miles de refugiados, gente como nosotros, que solían vivir con dignidad, ya no tienen casas ni puertas que puedan cerrar para protegerse y están rodeados de aguas residuales, de basura. No tienen líquidos, no tienen un suministro continuo de agua limpia para beber. Muchos de ellos tienen muchos familiares desaparecidos. No saben si están vivos o no. Yo le digo a mi familia que al menos aún tenemos una casa donde vivir, algo que otros no tienen. Y, sorprendentemente, mis hijos de 4 y 5 años aceptan esto como un consuelo, aceptan que nuestra situación es mejor que la de esos refugiados que están viviendo en hospitales, pero ni siquiera están viviendo dentro de las instalaciones de los hospitales. Muchos de esos refugiados no pueden acceder a los pasillos de los hospitales porque no hay suficiente espacio, así que están viviendo alrededor de los edificios y en el jardín. Entonces, sí, sorprendentemente, mis hijos pequeños aceptan esto.

AMY GOODMAN: El Ejército israelí ha lanzado miles de folletos advirtiendo a la gente de la zona donde está usted, en el norte de Gaza, que se vayan. ¿Por qué no se va con su familia al sur?

DR. HAMMAM ALLOH: Y si me voy, ¿quién tratará a mis pacientes? No somos animales. Tenemos el derecho de recibir atención médica adecuada. No podemos simplemente irnos.

AMY GOODMAN: La Organización Mundial de la Salud habló sobre este asunto de decirles a los médicos que abandonen a sus pacientes, que elijan salvar sus propias vidas por encima de las de sus pacientes. ¿Puede hablar sobre esa decisión, ya que muchos pacientes no pueden irse, como los bebés en incubadoras?

DR. HAMMAM ALLOH: ¿Cree usted que fui a la facultad de medicina y cursé mis postgrados durante 14 años para pensar solo en mi vida y no en mis pacientes? Le pregunto a usted, señora. ¿Cree que esa es la razón por la que fui a la facultad de medicina, para pensar solo en mi vida? Esta no es la razón por la que me convertí en médico.

AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre lo que está pasando en los hospitales? En nuestros titulares de hoy y de los últimos días hemos hablado del ataque al Hospital Indonesio. ¿El Hospital Turco es el único hospital oncológico?

DR. HAMMAM ALLOH: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre la importancia de estos lugares, tanto como santuarios, donde miles de personas se refugian, y para los pacientes?

DR.HAMMAM ALLOH: Sí. El Hospital Indonesio está proporcionando atención médica para más de 400.000 ciudadanos de la Franja de Gaza. Y esta parte de la Franja de Gaza está siendo separada del resto de la Franja de Gaza. Si este hospital deja de brindar atención, se estaría exponiendo a muchos miles de almas palestinas a los peligros de la enfermedad y la muerte.

El Hospital Turco, con sus capacidades muy modestas, incluso antes de la guerra, era el único hospital que proporcionaba atención y medicamentos para los pacientes con cáncer de toda la Franja de Gaza. Ayer hubo un ataque aéreo. Desconozco cuántos pacientes y profesionales sanitarios resultaron heridos. Y muchos pacientes están muriendo porque no es seguro para ellos y sus familias ir a recibir tratamiento y continuar su quimioterapia.

El Ministerio de Salud ha declarado hace dos horas que se va a cortar la electricidad del Hospital Al-Shifa, el más grande de Gaza, que representa el 40% de la capacidad sanitaria de la Franja y brinda servicios a muchos pacientes que dependen de máquinas, como los pacientes con respiración artificial o en hemodiálisis. Entonces, si se corta la electricidad de este hospital, se estará decidiendo directamente que esos pacientes van a morir necesariamente. Los pacientes conectados a respiradores morirán en minutos. Los pacientes en diálisis morirán en cuestión de horas o días después de detener su hemodiálisis. Muchos pacientes están siendo tratados con los modestos suministros que tenemos. Muchos pacientes diabéticos están siendo admitidos en el hospital porque su insulina no está guardada en un frigorífico, y no funciona. Nos hemos quedado sin muchos medicamentos, como los medicamentos antifúngicos. Hay una paciente que murió a principios de esta semana con mucormicosis, que es un tipo de infección fúngica invasiva y peligrosa que la mató porque no teníamos anfotericina para ofrecerle. Así que mi respuesta a su pregunta es muy simple: mucha gente en la Franja de Gaza va a morir en horas o días si lo que está sucediendo continúa.

AMY GOODMAN: Dr. Alloh, el medio Middle East Eye informó sobre un bebé que murió y dijo que “su certificado de defunción fue emitido antes de su certificado de nacimiento”. Un bebé de 1 día ha muerto por los bombardeos israelíes en Gaza. Israel, el Ejército y el Gobierno dicen que en Al-Shifa, su hospital,…

DR. HAMMAM ALLOH: Sí.

AMY GOODMAN: … se encuentra el centro de mando y control de Hamás. ¿Puede responder a eso, Dr. Alloh?

DR. HAMMAM ALLOH: He estado trabajando en este hospital durante más de dos años, y nunca he visto nada de eso. No soy abogado, pero esa es mi respuesta. Nunca he visto nada de eso durante más de dos años. Si esto es cierto, hubiera visto algo.

AMY GOODMAN: Quiero preguntarle sobre los cargamentos de ayuda que están entrando. Normalmente, en tiempos normales, si es que puede haber un tiempo normal en Gaza, entran más de 400 camiones al día. Ahora estamos hablando de un goteo de camiones, tal vez una docena, tal vez ocho en un día. ¿Ha visto llegar esta ayuda al hospital? ¿Puede hablar de lo que necesita ahora mismo?

DR. HAMMAM ALLOH: Bueno, ese número que acaba de mencionar de camiones a los que se les ha permitido entrar en Gaza es lo que usted ha descrito. No es nada comparado con lo que necesitamos, nada comparado con la cantidad de suministros, máquinas y medicamentos que necesitamos. Lo único que ha llegado llegó hoy cuando estaba saliendo del hospital y era una caja de botellas de fluido intravenoso. Esto es lo único que he visto. Y realmente no sé si esto llegó en los camiones de ayuda que han entrado en los últimos dos días, o si viene de los almacenes del Ministerio de Salud. Además, por casualidad pregunté sobre ello a la administración del hospital, y lo que mencionaron es que eran sobre todo guantes y gasas. Y eso no es lo único que necesitamos. Eso es tal vez lo que menos nos importa, lo que menos necesitamos. Así que esto es, de nuevo, nada en comparación con lo que necesitamos en términos de suministros y medicamentos.

AMY GOODMAN: Por último, Dr. Hammam Alloh, ¿cuál es su mensaje en este momento para Estados Unidos, donde estamos ubicados, y para el mundo?

DR. HAMMAM ALLOH: En realidad, el mensaje no ha cambiado desde el comienzo de esta guerra. Primero, necesitamos que esta guerra termine, porque somos seres humanos reales. No somos animales. Tenemos derecho a vivir libremente.

En segundo lugar, si fuera usted y sus conciudadanos quienes estuvieran viviendo en estas circunstancias, ¿qué haría por ellos? Esto es exactamente lo que me gustaría que hicieran por nosotros como superpotencia, como Estados Unidos, porque somos humanos al igual que los ciudadanos estadounidenses.

Estábamos esperando soluciones para esa catástrofe y esa crisis humanitaria y sanitaria, pero lo que estamos viendo llegar, principalmente en los camiones que han podido entrar en Gaza, no es nada en comparación con lo que necesitamos. Estamos siendo exterminados. Estamos siendo erradicados masivamente. Ustedes fingen preocuparse por los derechos humanos, pero eso no es lo que estamos viviendo ahora. Para demostrarnos que estamos equivocados, por favor, hagan algo. Gracias.

AMY GOODMAN: Dr. Hammam Alloh, hablando con nosotros desde la ciudad de Gaza, donde trabaja en el hospital más grande de la Franja, el Hospital Al-Shifa. Por favor, cuídese.

DR. HAMMAM ALLOH: Espero poder hacerlo. Esperemos, ambos, que pueda hacerlo. Gracias.

AMY GOODMAN: Gracias. A continuación hablamos con el historiador israelí Ilan Pappé, autor de muchos libros, entre ellos “La limpieza étnica de Palestina”. Quédese con nosotros.

[Pausa]

AMY GOODMAN: “Palestina será libre”, interpretada por el cantante sueco libanés Maher Zain, quien cantó en Estambul en la protesta solidaria del sábado.


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván HIncapié.

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